Esta pasada semana Tesla ha liberado una nueva actualización que incluye importantes novedades en lo que respecta al sistema Autopilot. Para los que no se hayan enterado, hacemos un pequeño resumen.
Básicamente lo que Tesla ha hecho ha sido incrementar la capacidad de lectura del radar, que según el fabricante es capaz de multiplicar por seis la capacidad de lectura de objetos. Este ha sido configurado para que tome una fotografía cada décima de segundo. Unas fotos que crearán una imagen en 3D que permitirá al sistema una lectura más precisa de lo que sucede ante si, y lograr reacciones más rápidas ante cualquier imprevisto.
Pero además de esta mayor precisión, Tesla también ha añadido nuevas funcionalidades de seguridad, que esperan sirva para reducir las posibilidades de un mal uso del sistema. Principalmente evitar que el conductor pierda la atención de la carretera, y se mantenga alerta.
Una de las novedades es que si no hacemos caso a los avisos del sistema, que nos pide en determinados momentos que mantengamos las manos en el volante, el sistema bloqueará el Autopilot. El conductor tendrá que parar el coche y poner la palanca en la posición de estacionado.
Pero la pregunta es: ¿cuanto tarda el sistema en hacer saltar esta medida de seguridad?. Un nuevo vídeo nos muestra en tiempo real esto. Un vídeo donde podemos ver que sucede cuando el usuario circula por una autovía superando el límite de velocidad.
Desde el primer aviso, hasta el segundo aviso pasan 4.27 minutos. Momento en el que el coche vuelve a pedir al conductor que ponga sus manos en el volante de nuevo. En ese momento comenzarán a aparecer unos destellos en el cuadro de mandos. En caso de seguir ignorando la petición, el coche comenzará a enviar avisos sonoros. Tres en concreto. Si todavía no hacemos caso, entonces 15 segundos después del primer pitido, el sistema Autopilot quedará desactivado, y no nos quedará otra opción que parar a un lado de la carretera, y poner como hemos dicho la palanca de cambios en la P.
Sin duda una actualización que reducirá el mal uso de una tecnología con un enorme potencial, pero que debe ser usada con cabeza. No es un sistema autónomo, y todavía está evolucionando para lograr algún día a la conducción donde el coche pueda tomar el control total del vehículo. Pero hasta entonces, hay que prestar atención a la carretera.
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