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¿Pueden los coches eléctricos poner en riesgo el sistema eléctrico?

Muchas veces se ha hablado de que la llegada masiva de coches eléctricos al mercado podría suponer un colapso del sistema de distribución eléctrico. Una cuestión de elevada importancia que desde algunos sectores ya se está estudiando para anticipar a futuros escenarios.

Es el caso del Laboratorio Nacional de Energías Renovables de Colorado, Estados Unidos, que han realizado un estudio para saber el posible impacto de la llegada de grandes cantidades de coches eléctricos, y su efecto en la red eléctrica. Un estudio que ha llegado a una primera conclusión y es que si los conductores recargan sus coches de forma desordenada, podría afectar a las redes locales. Incluso aunque su número sea pequeño en porcentaje de mercado.

Para saber el impacto en diferentes situaciones, el laboratorio ha realizado simulaciones de una implantación de coches eléctricos con una cuota de mercado de entre el 3% y el 100%. Un amplio abanico de posibilidades que sirve para conocer hasta donde está preparada la actual red de distribución eléctrica norteamericana que ahora mismo apenas tiene que enfrentarse a un mercado del coche eléctrico que ocupa el 0.9% de las ventas.

Cómo cambiará las redes eléctricas el sistema V2G

Según las simulaciones, incluso con un nivel de ventas bajo, la concentración en algunas zonas residenciales podría poner en peligro las estaciones. Sobre todo cuando el usuario realiza la carga con una toma de 240V, en lugar de las extendidas aunque lentas tomas americanas de 120V.

Los resultados son cuando menos desconcertantes, ya que por un lado se ha estudiado el impacto en cuanto a consumo en kWh, indicando que el sistema actual sin ninguna modificación podría albergar hasta una cuota de mercado del 25% de coches eléctricos. Pero el riesgo para la red no es el consumo, sino el impacto por la potencia usada para la recarga.

Las simulaciones en escenarios más exigentes han mostrado que un transformador conectado a seis viviendas unifamiliares, con un total de 11 vehículos eléctricos, podría manejar hasta un máximo de 6 coches recargando al mismo tiempo, y usando una toma de baja potencia de nivel 1. Pero si uno sólo de los vehículos se conecta con un nivel 2, de mayor potencia, entonces se superará la capacidad de dicho transformador.

Esto no quiere decir que con la entrada de más potencia el transformados se vaya a apagar. Estos sistemas cuentan con un margen por encima del 50%, por lo que este podría seguir trabajando incluso con varios coches recargando durante horas y de forma simultánea en una toma de nivel 2. La cuestión es que con este aumento de potencia se reducirá de forma importante la vida útil del transformador.

Para los responsables del estudio, esto nos indica que el sistema puede soportar un elevado número de coches eléctricos, pero seguramente las empresas eléctricas tendrán que empezar a actualizar los transformadores para adaptarlos a los nuevos escenarios donde el coche eléctrico tendrá cada vez más presencia.

Según el informe, una de las claves para lograrlo además de la actualización, será la adopción entre los usuarios de hábitos de recarga inteligentes. Las empresas eléctricas deberán incentivar entre sus clientes rutinas de recarga programada, para de esa forma realizar la operación en las horas de menor demanda, y además donde el coste de la electricidad sea más económica. Una forma en la que ganarán tanto usuarios, como las empresas pero que tendrá que ser promocionado por las eléctricas.

Además entrará en juego la recarga inteligente. Las eléctricas tendrán que aprender a sacar partido a millones de coches eléctricos conectados. El potencial de la tecnología V2G permitirá usar una pequeña parte de la carga de estos vehículos para reducir el impacto del consumo eléctrico en determinadas horas, y conseguir de esa forma armonizar el consumo eléctrico gracias precisamente a los coches conectados.

Esto quiere decir que a la pregunta de si los coches eléctricos pueden poner en riesgo el sistema eléctrico, la respuesta es que sólo en casos muy puntuales, y donde las empresas eléctricas no tomen cartas en el asunto. Pero con un mínimo trabajo de previsión, el coche eléctrico no sólo no será un problema, sino que se convertirá en un aliado de las redes de distribución.

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Vía | Arstechnica

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