El propietario de un Tesla Model 3 ha probado un Model S 100D para comprobar las diferencias existentes entre ambos vehículos y realizar un análisis de sus puntos fuertes y débiles frente al otro modelo. Los resultados son, cuanto menos, sorprendentes.
El usuario, llamado Josh, opina que el Model S es muy complejo después de llevar un tiempo con el Model 3. Ya estaba acostumbrado al salpicadero simple y sobrio del Model 3, y echaba en falta especialmente su sistema de ventilación con regulación eléctrica. Además, remarca que el interior del Model S está peor diseñado y concebido, debido a la falta de bolsillos en las puertas, de luces de cortesía en los parasoles y de ganchos para la ropa, la extraña colocación de los portavasos…
Los asientos del Model 3 son también más cómodos, y a pesar de su menor tamaño, el espacio está mejor aprovechado y es más amplio. El modelo económico es en líneas generales más ergonómico. Josh explica que la visibilidad es mejor en el Model 3, salvo hacia atrás. También prefiere el funcionamiento del sistema de audio de su vehículo que el del Model S.
En la conducción no hay tantas diferencias como podría parecer a priori. El Model 3 se siente más dinámico, duro y deportivo. Gracias a su suspensión más rígida y su menor peso y tamaño, es un punto más ágil, aunque el Model S tiene más fuerza y se siente más potente. Además, del Model S le gustaron mucho las manijas de las puertas escamoteables, el sistema de ventilación a prueba de armas biológicas y la suspensión neumática.
Al final, comprueba que el Model S cuesta el doble que su Model 3, y no puede justificar su sobreprecio. El Model 3 ofrece aproximadamente el 90% de lo que da el Model S pero costando la mitad. Josh añade que quizás cuando se rediseñe el Model S para la segunda generación la decisión sea más difícil.
Fuentr | 6 months later
