En los últimos meses, hemos podido ver como ciudades como Madrid le declaraban la guerra al diésel. Las cada vez más restrictivas medidas anticontaminación han provocado el auge de otras formas de movilidad, como los vehículos híbridos, los eléctricos, y los impulsados por gas. El hecho de que a partir de este año los coches destinados al sector del taxi sólo puedan ser ECO o CERO en la capital ha servido como acicate para que este sector se pase de forma masiva a estas soluciones alternativas.
Una de las menos conocidas pero que más éxito está teniendo entre los taxistas es el gas natural, o GNC. Si bien durante los últimos años era el gas licuado de petróleo (GLP) el que más rápidamente se estaba expandiendo, con marcas como FIAT apostando con fuerza por su implantación (es de las pocas marcas en contar con adaptaciones a GLP de fábrica), parece que poco a poco se verá desplazado por el GNC.
El principal impulsor de este tipo de tecnología es el Grupo Volkswagen, que ofrece motorizaciones adaptadas a funcionar con GNC en vehículos tan populares como el SEAT León o el Skoda Octavia, un modelo de gran éxito entre los taxistas cuya versión TGI (en lugar de TSI como en los modelos de gasolina) tiene a día de hoy una lista de espera de 4 meses.
Actualmente Volkswagen no acepta nuevos pedidos de este tipo de motores, pues están introduciendo un nuevo motor 1.5 TGI que se pondrá a la venta en los próximos meses para sustituir al actual 1.4 TGI.
¿Cuáles son las grandes ventajas del gas natural frente a los combustibles tradicionales? Por un lado, su precio es mucho más barato, con ahorros del 30% respecto a un diésel y de más del 50% respecto a un gasolina. Además, los coches de gas natural pueden utilizar gasolina en caso de necesidad, pues el motor en sí es el mismo que el de las versiones estándar. Tampoco hay que olvidar que las emisiones de partículas casi desaparecen por completo, mientras que las de dióxido de carbono disminuyen drásticamente.
Sin embargo, este auge ha ocasionado que en los últimos meses el precio del gas natural para coches haya aumentado en torno a un 20%. Esto se debe a que todavía hay muy pocos surtidores en España y poca competencia, lo que ha originado un monopolio en torno a su uso. A pesar de ello y de la poca infraestructura, sigue siendo una alternativa mucho más económica y sostenible que los clásicos motores de gasolina y diésel.
