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¿Es tan contaminante producir un coche eléctrico como afirman algunos estudios? La clave es la fuente de energía usada en su fabricación

La proliferación de modelos y crecimiento de ventas de coches eléctricos es una realidad imparable en la actualidad. Los problemas graves de contaminación en las grandes ciudades y el cambio climático producido por las emisiones contaminantes de los vehículos con motor de combustión ha hecho que los humanos tengamos que cambiar nuestra forma de desplazarnos hacia la utilización de energías más limpias. Una de ellas ha sido la utilización de vehículos impulsados por energía eléctrica, cuyas emisiones son nulas. Pero, ¿qué hay de las emisiones en su fabricación?

Estudios recientes, como el realizado por Berylls Strategy Advisors, han señalado que la cantidad de CO2 expulsada a la atmósfera durante la fabricación de un coche eléctrico es mayor que la que emite un vehículo con motor diesel durante una vida útil de 10 años y un uso medio de 15.000 kilómetros al año. Esto ha hecho plantearse si la electrificación de nuestro parque móvil está yendo por buen camino. ¿Es un coche eléctrico tan limpio como parece? Vamos a dar algunas claves.

En primer lugar, la cantidad de CO2 asignada a la vida útil de un coche eléctrico se reduce únicamente a su proceso de fabricación. Es decir, esas emisiones contaminantes en realidad se tienen que atribuir a la fuente de obtención de la energía eléctrica que utiliza una planta para producir un vehículo.

A día de hoy, en países como Alemania o Polonia se está utilizando entre un 50% y un 80% de electricidad proveniente de la quema de combustibles fósiles, lo que hace que la sostenibilidad de un coche eléctrico no sea tan elevada como parece, a diferencia de España, donde la producción eléctrica por renovables se ha situado en los primeros 6 meses de 2018 en el 45’8%. Este problema tiene una solución muy sencilla: que la electricidad de las fábricas provenga de fuentes de energía renovables. Solo con este gesto, las emisiones de CO2 atribuidas a los vehículos eléctricos se reducirían hasta en un 50%.

En el caso de España, las tecnologías que no emiten CO2 a la atmósfera representaron el 67,5% de la generación del primer semestre del año, siendo la generación renovable la responsable del 45,8% del total de la Península. Datos de Diariorenovables.

Además, toda la fuente de emisiones contaminantes queda reducida a un solo lugar, por lo que queda de una forma mucho más controlada para poder reducirla. Por otro lado, en ciertos estudios no se señala los niveles emitidos de NOx y partículas por los vehículos con motor diésel, que también forman parte de la problemática relacionada con el cambio climático.

En segundo lugar, las emisiones son un problema importante en las grandes ciudades, donde se concentra una alta tasa de tráfico en un espacio muy reducido. Con un parque móvil de coches eléctricos, esas emisiones quedarían totalmente reducidas, no solo por la no emisión de CO2, NOx o partículas, sino por la ausencia de humos o contaminación acústica.

Algunas marcas ya se han puesto manos a la obra para combatir estos niveles de emisiones y hacer más ventajoso al coche eléctrico frente al de combustión. Tesla utiliza energía solar en su planta de baterías en Nevada y pretende hacer lo mismo con sus plantas en Europa y Shanghai. La firma china Contemporary Amperex Technology Co. está buscando impulsar su futura planta en Alemania con energías renovables.

Entonces, ¿el problema de la rentabilidad de un coche eléctrico de cara a las emisiones es consecuencia de los usuarios? La respuesta es no, se ha demostrado que la llave la tienen los fabricantes a la hora de reducir estas emisiones y contribuir a un planeta más limpio.

Vía | Bloomberg

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