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Este Mercury Coupé de 1949 con las entrañas de un Tesla es la síntesis perfecta entre clasicismo y tecnología

En los últimos tiempos, las mecánicas eléctricas están abriendo un mundo de posibilidades para las preparaciones de coches clásicos al otro lado del charco, pues cada vez son más las empresas estadounidenses que se aventuran a restaurar coches de hace varias décadas dotándolos de mecánicas eléctricas aprovechándose de las laxas normativas de homologación del país norteamericano.

Este es el caso del Mercury Coupé de 1949 que hoy nos ocupa. Diseñado por la empresa especializada Icon, pertenece a la saga «Derelicts» (abandonados) de la compañía. ¿Qué significa esto? Que a pesar de que el coche está totalmente restaurado y cuenta con una mecánica y un interior renovados, el exterior da la impresión de descuidado, con una patina de óxido que hace pensar que el antiguo modelo ha sido abandonado a su suerte ante los estragos del tiempo.

A pesar de que el coche ha sido totalmente reconstruido, añadiéndose incluso capas de aislante extra para hacerlo más confortable, la carrocería se ha sometido a un proceso para preservar la patina de óxido original que el coche desarrolló tras décadas bajo el sol californiano. Los dispositivos de control de la batería de este modelo transformado en un vehículo 100% eléctrico están alojados en una unidad que recuerda en su estética a un motor V8.

Este falso V8 no es más que un guiño estético a la herencia térmica del Mercury; efecto reforzado por el aspecto retro de los cables del vano motor. Si bien en ningún momento se intentan engañar al espectador haciéndole pensar que en el vano hay un potente motor de gasolina, el hecho de que la estética de la mecánica esté tan cuidada y tenga un aspecto vintage refuerza la sensación de calidad y autenticidad de este vehículo que disfruta de una segunda juventud gracias a sus nuevos y prestacionales motores eléctricos.

En un principio, el coche es capaz de alcanzar los 193 km/h, gracias a sus 400 cv aproximados de potencia. Las baterías son Panasonic y proceden de un Tesla Model S. Su capacidad es de 85 kWh, y están distribuidas por todo el vehículo intentando conseguir una distribución de peso favorable, así como para robar el menor espacio posible al habitáculo.

La autonomía estimada para este bonito Mercury es de entre 240 km y 320 km por carga, dependiendo de la velocidad y el estilo de conducción. El coche se puede cargar en apenas hora y media mediante dos sistemas: bien a través de un conector CHAdeMO oculto tras la matrícula delantera, bien en un Supercargador de Tesla a través de un conector situado en la boca de llenado de combustible.

Fuente | AutoWeek

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