Usualmente se clasifica a BYTON como una marca al estilo de Faraday Future, es decir, como una promesa que se ve lejos, un fabricante que no llegará nunca a producir vehículos ya que apuesta por mucha tecnología apoyado por una serie de inversores de origen chino. En definitiva, un proyecto que no acaba de arrancar. Los creadores de la marca tienen que luchar contra estos detractores que no confían en ellos, a pesar de que Carsten Breitfeld, cofundador de BYTON, y durante 6 años vicepresidente de estrategia corporativa y sistemas de propulsión en BMW, asegura que los planes esbozados en enero de 2016 siguen en curso.
La semana pasada en el Salón del Automóvil de Los Ángeles, Breitfeld declaró que «hay otras empresas nuevas que prometen cada vez una cosa nueva. En algún momento, algunos inversores volvieron a nosotros y dijeron que otros tienen una historia mucho más atractiva. Pero la diferencia es que nuestra historia sigue siendo la misma que entonces«.
Para dar tranquilidad a los inversores, el proceso de construcción de la planta de ensamblaje en Nanjing (China) sigue su curso y ya está a punto de finalizar. Además, se asegura que la producción de su primer modelo, el SUV M-Byte, comenzará en abril del año que viene, cuyas entregas en el mercado chino se esperan para la segunda mitad de 2019. Para los mercados europeo y estadounidense, las llegadas están programadas para la segunda mitad de 2020, año en el que comenzará la producción del sedán K-Byte.
Breitfeld, que ocupó el cargo de vicepresidente del grupo BMW y fue director del programa de desarrollo del i8, afirmó que «nuestros principios básicos han sido ser creíbles y ser realistas, demostrar al mundo lo que podemos ofrecer, porque de lo contrario se pierde el apoyo de inversionsitas y socios y no se puede crear una marca creíble«. Para reforzar esta idea, por las carreteras chinas ya hay 30 prototitpos del M-Byte, y se espera que esta cifra aumente hasta cien. Parte de esta flota se enviará a EEUU para que su socio en conducción autónoma, Aurora Innovation experimentará su sistema para realizar pruebas. Se espera que cuando se lance este modelo la marca pueda ofrecer un sistema de conducción autónoma de nivel 3.
En un principio, los planes de negocios iniciales de BYTON son la de comercialización de sus vehículos al clientes privados, pero pretenden llegar a un sistema en el que se pueda establecer un perfil definido por el usuario subido a la nube con sus preferencias para que este se encuentre disponible en cada BYTON en el que se monte gracias a un dispositivo de reconocimiento facial. Con esto, se pretende establecer una flota de vehículos compartidos, ya que según la compañía «nuestro modelo de negocio no se basa en la venta de automóviles, ya que no es un negocio atractivo debido a que los márgenes cada vez son más bajos, el negocio real es usar el automóvil como plataforma para crear un canal de ventas de contenido digital«.
Los planes de BYTON pueden verse truncados debido a la tensa guerra comercial entre Estados Unidos y China, lo que podría retrasar el lanzamiento de sus vehículos en el mercado estadounidense de cara a 2020, aunque Carsten Breitfeld se mantiene firme en su compromiso. Entre las alternativas si esta situación persiste se encuentran la de abrir factorías en terrenos de Corea del Sur o incluso en propio suelo estadounidense.
Vía | Automotive News
