Es un clásico en las conversaciones con escépticos del coche eléctrico, el de que «la energía eléctrica que se usa para cargarlo contamina». Un dogma que ante el incremento imparable de las autonomías, y la expansión de las redes de recarga, muchos han tomado como argumento principal para criticar este tipo de vehículos.
Pero la realidad es bastante diferente. Según los últimos datos que acaba de publicar Red Eléctrica de España, en nuestro país a falta de los últimos días del año, la producción eléctrica tiene en las renovables su principal fuente.
De los 254.074 gigavatios-hora (GWh) consumidos en lo que llevamos de año, la generación renovable ha significado el 40% de la producción total de electricidad, siendo la eólica la segunda tecnología con mayor participación en el mix energético, con un 19,8% del total, y la hidráulica la que más se ha incremento en su aportación, con un 13,7% del total este año.
Las renovables permiten que el porcentaje de producción eléctrica sin emisiones directas de CO2 haya llegado este 2018 al 62,2% del total. La nuclear, responsable del 21,4%, ha sido la tecnología líder de generación del 2018, mientras que el carbón ha visto su peso reducido en 2,6 puntos porcentuales y se ha quedado con el 14,5% del total.
Según el presidente de Red Eléctrica, Jordi Sevilla: “Este incremento de 6,3 puntos porcentuales de generación renovable en el 2018 respecto al año anterior refleja que España está en el buen camino hacia la transición hacia un modelo energético más limpio y sostenible y nos acercan al cumplimiento de objetivos europeos. La capacidad de gestión cada vez mayor de las tecnologías renovables de generación eléctrica y su efectiva integración en el sistema, de forma que desplace a la producción eléctrica contaminante y reduzca la dependencia energética exterior de nuestro país».
Y la tendencia es imparable hacia las renovables. En el 2018, el ciclo combinado se ha reducido en un 1,5% respecto al año anterior, mientras que han entrado en servicio más parques de generación eólica, solar fotovoltaica y de otras renovables, que incrementan su potencia instalada en un 0,5%, 0,4% y 0,6%, respectivamente. Las variaciones en el resto de tecnologías han sido nulas o poco significativas.
Y todo esto en un marco donde todavía colea la nefasta gestión realizada por el anterior gobierno, que puso todo su empeño en ralentizar la expansión de las energías renovables, sobre todo a nivel residencial, quedando ya para el recuerdo el esperpéntico impuesto al sol, que por suerte ya es historia.
