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Primeras pruebas del Mercedes-Benz EQC, el SUV eléctrico de la casa alemana

Unas semanas antes de que se realice su presentación oficial en Estados Unidos durante la celebración del Consumer Electronics Show de Las Vegas el próximo mes de enero, Mercedes ha dado a probar a algunos medios estadounidenses el nuevo EQC, el primer vehículo totalmente eléctrico de la marca de la estrella con el que da el primer paso en el mundo del automóvil eléctrico (si exceptuamos los Smart eléctricos, pertenecientes también el grupo Daimler).

Este SUV de Mercedes se anuncia desde la compañía con un rango de 450 kilómetros bajo el antiguo ciclo NEDC, lo que equivaldría a mas de 320 kilómetros bajo el más realista ciclo EPA. De todas formas, por parte del fabricante no se ha dado aún una cifra oficial exacta hasta que no se pruebe en condiciones reales bajo los ciclos EPA y WLTP. El EQC se sitúa, por tamaño, entre el D-SUV GLC y el E-SUV GLE, ya que mide unos 4’76 metros de largo, más que el GLC pero no es tan alto ni largo como el GLE.

El diseño es muy simple, sin líneas afiladas ni aristas vivas, sino más bien una línea redondeada y suave. En el frontal se encuentra una falsa calandra, que según el diseñador Robert Lesnik «el EQC tiene una rejilla porque el automóvil necesita una cara«. En la parte trasera destacan los pilotos traseros, unidos entre sí mediante una línea LED que recorrer el portón de un lado a otro. Uno de los detalles que podría advertirnos de que estamos ante un vehículo eléctrico son las líneas azules presentes tanto en las llantas como en el interior de los faros delanteros, detalle que se ha puesto muy de moda en los fabricantes para diferenciar sus modelos eléctricos de sus homólogos de combustión.

En el interior, la suavidad de líneas del exterior continúa, destacando en el salpicadero una gran pantalla dividida en dos partes, de 10’25» cada una, para separar el cuadro de mandos frente al conductor de la pantalla situada en la consola central, una configuración similar a la ya vista en el Clase C, que alberga el sistema de infoentretenimiento MBUX, el cual incluye la posibilidad de configurar totalmente el cuadro además de ofrecer los sistemas de conectividad más avanzados.

El espacio interior es muy amplio, acorde con un vehículo de su categoría y tamaño, destacando la buena sujección de sus asientos delanteros y el espacio para los pasajeros traseros. Además, dispone de un amplio maletero de 500 litros de capacidad aproximadamente. La configuración del EQC permite tener un suelo totalmente plano ya que las baterías se colocan en la parte inferior del vehículo, las cuales dan una capacidad total de 80 kWh y cuentan con refrigeración líquida.

«No va a ser el automóvil con la velocidad máxima más alta o el que tenga un rango de autonomía mayor. Queremos hacer el mejor conjunto general. Queremos hacer un auténtico Mercedes«. Estas palabras del ingeniero de la marca Bastian Schult resumen muy bien el andar del nuevo EQC. El coche se siente como un Mercedes debería sentirse: cómodo pero de buen comportamiento gracias al bajo centro de gravedad a pesar de su tamaño que le aporta la colocación de las baterías. En ningún momento el EQC pretende ser deportivo, es un SUV suave y bien equilibrado.

Cuando pisas a fondo el acelerador de este Mercedes, lo único que sientes es un débil zumbido proveniente de los motores unido al ruido de rodadura de los neumáticos que puede ser fácilmente enmascarado por el equipo de sonido Burmester. Bastian Schult reconoció que se estuvo discutiendo sobre la incorporación de un falso ruido durante la conducción al estilo del que incorpora el Jaguar I-Pace, pero que finalmente se desestimó.

Los motores que incorpora, uno en cada eje, entregan una potencia conjunta de 402 CV con un par resultante de 765 Nm que resulta de la acción úncamente del motor delantero, ya que el trasero se activa en situaciones de necesidad de aceleración o durante una pendiente. La frenada regenerativa es regulable gracias a las palancas montadas tras el volante, donde se puede alternar entre el modo D Auto, D- y D–, esta última permite la conducción con un solo pedal ya que es el modo que más retiene al levantar el pie del acelerador.

Durante la prueba, el vehículo realizó un recorrido de 367 kilómetros antes de volver al Centro de I+D de Mercedes en Sunnyvale (California) marcando un 7% de batería durante una conducción más o menos estándar. Mientras que en Europa se evaluó bajo el ciclo NEDC, obteniéndose un resultado de 450 kilómetros de alcance, bajo el ciclo EPA se espera que se acerque a esos 367 kilómetros de autonomía que se consiguieron durante la prueba, quizás alguno más. Aún así, el rango es más que aceptable aunque inferior a los 377 kilómetros EPA conseguidos por el Jaguar I-Pace, un modelo al que se le critica duramente por su escasa autonomía.

Por suerte, el EQC aún se encuentra en fase de pruebas, y lo probado hasta la fecha son prototipos, no el modelo definitivo, por lo que Mercedes podría mejorar su primer coche totalmente eléctrico en aspectos como la eficiencia o la reducción de peso para lograr unos buenos resultados de autonomía que permitan hacer con el EQC los viajes medianamente largos para los que fue diseñado.

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Vía | CNET

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