Hasta hace poco cuando un comprador se hacía con un Model S o un Model X, contaba con el beneficio de poder usar la red de Supercargadores de forma gratuita e ilimitada. Un enorme atractivo para cualquier usuario, pero sobre todo para los profesionales como los taxistas que podrían reducir todavía más su factura energética.
Pero con el paso del tiempo, y el incremento del número de coches en la carretera, Tesla ha visto como esta maniobra de marketing ha ido incrementando su factura poco a poco. Una situación que ha provocado algunos cambios.
Entre ellos está el anuncio de la prohibición del uso por parte de profesionales de esta infraestructura. Algo que tiene más un componente simbólico ya que Tesla no puede saber cuando un vehículo está siendo usado en un trabajo, y cuando no. También comenzó a avisar a los clientes que según el fabricante, abusaban de unas recargas que posteriormente aclaraba, eran para facilitar los viajes largos en un coche eléctrico.
Una de las gotas que ha colmado el vaso ha sido la prohibición de uso de una estación situada en las oficinas de Tesla en Amsterdam. Una estación muy popular por su estratégica situación, y muchas veces congestionada por la densidad de coches del fabricante norteamericano de la zona.
A la vista de su popularidad, Tesla envió un email a los taxistas y otros usuarios indicando que procedían a cerrar el acceso a este Supercargador, ya que estaban viendo que el excesivo tráfico ponía en peligro al resto de usuarios, trabajadores y visitantes de las oficinas de Tesla.
Pero uno de los taxistas no estaba de acuerdo con esta decisión, así que acudió a los tribunales. Y finalmente esta semana el juez ha dado la razón al taxista, indican que el fabricante conocía de antemano la naturaleza de la compra de esa y otras unidades dedicadas al transporte de personas, y que Tesla no podía limitar un acceso que en la publicidad indicaba permitiría al cliente poder usar sin restricciones cualquier estación del mundo. Incluso aunque el coche fuese traspasado a otra persona.
Un caso que vuelve a poner en el candelero un verdadero problema para una Tesla que basó buena parte de su publicidad en el gratis y para siempre de los Supercargadores, y que ahora se encuentra con cientos de miles de unidades que se amontonan en las estaciones, y con otras cientos de miles de unidades añadiéndose cada año que aun teniendo que pagar, pueden tener problemas para encontrar un sitio donde recargar.
Una sentencia que puede abrir la puerta a otras reclamaciones por parte de empresas del sector, y también aquellos usuarios a los que Tesla ha animado a no usar de forma sistemática la red de Supercargadores.
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