A día de hoy, el mayor mercado mundial de coches eléctricos es, con mucha diferencia, China. Esta situación se debe principalmente a los esfuerzos del gobierno del país asiático por promocionar esta tecnología como forma de luchar contra la contaminación extrema de sus grandes ciudades. Además, el auge de este tipo de vehículos es una oportunidad de oro para hacer competitiva su industria en un terreno dominado hasta ahora por fabricantes europeos, americanos, japoneses y coreanos.
Sin embargo, esta situación también está siendo aprovechada por los fabricantes extranjeros tradicionales, que ven el mercado chino como una forma de rentabilizar más rápidamente sus inversiones en movilidad eléctrica, pues la demanda de este tipo de vehículos es cada vez más alta. Además, al ser la mano de obra más barata, son muchas las marcas que quieren fabricar en dicho país sus coches eléctricos, pues les permitirá contener al máximo los costes de producción.
Este era el caso de BMW, que quería establecer en China un centro de producción y exportación de coches eléctricos a nivel mundial, un proyecto que ahora se encuentra en el limbo debido a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que afecta de lleno a las exportaciones de coches, pues aquellos procedentes de China podrían llegar a tener unos aranceles del 25% si la administración Trump no llega a un acuerdo con el gobierno chino.
A pesar de que BMW tiene fábricas en Europa y Estados Unidos, originalmente sus planes pasaban por fabricar sus coches eléctricos en China aprovechando la mano de obra barata y el apoyo del gobierno chino a los coches eléctricos. Harald Krueger, director ejecutivo de BMW, declara: «No tenemos una base para tomar una decisión en este momento. Si es financieramente viable y tiene sentido debe ser evaluado».
El año pasado BMW adquirió una participación mayoritaria en el fabricante chino Brilliance, además de anunciar la producción del SUV eléctrico iX3 (2020) de forma exclusiva en su planta China, exportándolo desde allí al resto del mundo. Un movimiento que puede que finalmente no llegue a ejecutarse. Además, tampoco han tomado una decisión sobre dónde fabricar el Mini Cooper SE, la versión eléctrica del famoso utilitario británico, el cual podría producirse en sus plantas de Reino Unido, Países Bajos o China.
Si finalmente la guerra comercial entre Estados Unidos y China se recrudece, es posible que Europa se vea beneficiada, pues podría ser el emplazamiento elegido para fabricar y exportar los coches eléctricos de numerosas compañías que hasta ahora se planteaban la producción en China, como es el caso de BMW.
Fuente | Automotive News
