La industria del automóvil mundial se encuentra en una etapa de transición hacia la movilidad eléctrica y autónoma. Este cambio de paradigma conllevará numerosos cambios entre los fabricantes, que deberán adaptarse de una forma o de otra a la nueva realidad del mercado y enfrentarse a nuevos rivales surgidos sobre todo en regiones como China.
Uno de los grupos que más podría verse afectado por esta situación es FCA (FIAT-Chrysler). El gigante italo-americano a día de hoy disfruta de unas cuentas saneadas gracias a su estrategia de reducir sus inversiones al mínimo durante años; a cambio, apenas tiene tecnología propia para hacer frente a los nuevos retos que marcarán las pautas de la industria automovilística en la próxima década.
Hace unos meses, FCA trató de fusionarse con Renault en un intento por converger en un grupo más fuerte desde el punto de vista económico y tecnológico; sin embargo, las conversaciones fracasaron debido a las reticencias del gobierno francés, uno de los principales accionistas de Renault, y Nissan, su histórica aliada. Ahora, FCA estaría negociando una unión con el otro gran fabricante francés, PSA (Peugeot-Citroën, Opel).
La fusión de ambos grupos podría resultar en un gigante valorado en 46.000 millones de dólares, el cual se colocaría como el cuarto mayor fabricante mundial por volumen, siguiendo la estela de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, el grupo Volkswagen y Toyota, pero por delante de General Motors. Este movimiento les permitiría reducir costes de desarrollo y compartir tecnologías mediante numerosas sinergias, lo que se traduciría en una mayor competitividad en el mercado mundial.
Ambos fabricantes han confirmado las negociaciones, si bien por el momento no han dado más detalles al respecto. De llevarse a cabo esta fusión, FCA podría beneficiarse de la tecnología eléctrica de PSA, mientras que los franceses ganarían acceso a mercados como el estadounidense. El nuevo grupo sería liderado por el presidente ejecutivo de Peugeot, Carlos Tavares, responsable del reflote de PSA y la compra y saneamiento en tiempo récord de Opel. Con todo, el futuro de marcas como Chrysler, DS o Lancia podría quedar en el aire debido a los solapamientos que se producirían en el nuevo grupo.
De acuerdo con fuentes internas, las conversaciones están siendo fluidas, si bien no hay garantía de que se llegue a un acuerdo final. Aparentemente, durante el día de hoy se reunirán los responsables de ambos fabricantes para discutir las diferentes posibilidades que hay sobre la mesa. ¿Llegarán a buen puerto las negociaciones? Probablemente salgamos de dudas dentro de muy poco tiempo.
Fuente | The Wall Street Journal
