Hace unos días, los grupos FCA (FIAT-Chrysler) y PSA (Peugeot-Citroën, Opel) anunciaron su proyecto de fusión total, que tendrá como resultado la creación del cuarto mayor grupo automovilístico del mundo, por detrás de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, el grupo Volkswagen y Toyota, pero por delante de gigantes como General Motors o Daimler.
El nuevo grupo contará con numerosas marcas históricas en su cartera, siendo una de las más icónicas Alfa Romeo. La firma italiana, bajo el mando de FIAT, lleva años tratando de hacerse hueco en el competido mercado premium mediante el lanzamiento de atractivos modelos como la berlina Giulia o el SUV Stelvio, dos competentes automóviles del segmento D.
Sin embargo, la estrategia de FCA de congelar la mayor parte de sus inversiones para reducir su deuda ha tenido como resultado que, si bien el grupo está completamente saneado, su oferta de productos es cada vez más limitada y anticuada. Una de las marcas que más se ha visto afectada por esta estrategia ha sido precisamente Alfa Romeo, que tras el (tardío) lanzamiento de los ambiciosos Giulia y Stelvio, ha visto como su matriz aprobaba y cancelaba de un año para otro muchos de sus proyectos.
El año pasado, Alfa Romeo anunció su intención de alcanzar unas ventas mundiales de 400.000 unidades anuales para 2022, un objetivo bastante ambicioso que se lograría gracias a una renovada gama de vehículos entre los que destacarían un C-SUV (Tonale), un E-SUV (Castello), sendas versiones de batalla larga de los Giulia y Stelvio, y los deportivos híbridos GTV y 8C.
Ahora, apenas un año después de la presentación de este plan, Alfa Romeo se ha visto obligada a modificarlo de nuevo: los Castello, GTV y 8C ha sido cancelados, al igual que las versiones con distancia entre ejes ampliada de los Giulia y Stelvio. Tampoco está previsto un relevo para el compacto Giulietta. La única novedad del nuevo plan de Alfa Romeo es el lanzamiento de un B-SUV para 2022, el cual llegará un año después que el Tonale y los restyling de los Giulia y Stelvio.
Mientras que estos dos últimos modelos no contarán con ningún tipo de electrificación, el Tonale estará disponible desde su lanzamiento con una versión híbrida enchufable. El B-SUV por su parte disfrutará de una variante 100% eléctrica, por lo que se convertirá en el primer coche eléctrico de Alfa Romeo. Este modelo, que será clave para que la firma consiga aumentar sus ventas, probablemente haga uso de la plataforma modular CMP de PSA, la cual ya se emplea en los Peugeot 2008 y DS 3 Crossback, dos todocaminos pequeños que cuentan con sendas versiones 100% eléctricas.
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