Con el incremento imparable de ventas de coches eléctricos, muchos pensaban que recursos como el litio no serían capaces de mantener el ritmo de producción. Pero parece que es todo lo contrario, y el exceso de producción está provocando la primera crisis dentro de las empresas mineras.
A la vista del crecimiento de la demanda por parte de sectores como el transporte, las empresas se lanzaron a un plan de expansión para multiplicar la capacidad de producción de litio. Pero las ventas no han crecido según lo esperado, y en estos momentos la producción supera en un 5% la demanda, provocando una acumulación importante de stock.
Según el proveedor Benchmark Mineral Intelligence, esto ha provocado que el precio medio haya bajado más del 50% desde principios de 2018, lo que ha sido un impacto a las expectativas de ingresos de las empresas mineras.
La principal razón de esto ha sido la caída de ventas que está sufriendo China. Los cambios fiscales introducidos por Pekín a mediados de año, eliminando las ayudas a los coches eléctricos de baja autonomía, han tenido un duro efecto sobre unas ventas que hasta junio marchaban a toda velocidad, pero que a partir de julio se han hundido de forma importante. Algo que no ha podido ser compensado por la subida de ventas en mercados como Europa.
La buena noticia es que la mayor parte de la producción extra está relacionada con litio de baja calidad, usada principalmente en aparatos electrónicos sencillos. El litio de gran pureza usado en las baterías de coches eléctricos cuenta con una demanda asegurada al menos hasta dentro de cuatro años, lo que permite a las empresas relacionadas contar con un colchón de seguridad.
Pero al mismo tiempo desde la industria se ven problemas a medio y largo plazo, provocados principalmente por la creciente inestabilidad política, que amenaza la futura expansión necesaria para atender la demanda de las nuevas generaciones.
Algunos analistas ponen cifras a este reto para la industria que tendrá que enfrentarse a una demanda que llegará a unas 800.000 toneladas métricas al año para 2025. Más del doble de la cifra actual. Algo que obligará a gigantescas inversiones que tienen que ser aprobadas en un momento de baja demanda y precios en caída.
Esta situación provocará una dilatación en algunas inversiones que tendrá como consecuencia que la demanda adelante a la capacidad de producción ya a principios de la próxima década. Algo que los expertos coinciden tendrá como consecuencia una subida de los precios del litio en todo el mundo lo que sin duda será un reto para las marcas que luchan por rebajar los precios de los coches eléctricos que esperan igualen sus costes con los de combustión en menos de cinco años.
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Vía | Reuters
