El impacto de la extracción de los materiales que dan forma a las baterías de los coches eléctricos, se ha convertido en una de las principales preocupaciones dentro del sector. Una situación que en el caso de componentes como el cobalto además vienen acompañados por la desastrosa situación de los estados donde se producen, y donde se suele usar mano de obra esclava trabajando en condiciones lamentables. Para tratar de reducir esta dependencia, marcas como Audi han puesto en marcha programas piloto para recuperar estos materiales reciclando las baterías de sus coches.
De esa forma Audi ha firmado un acuerdo con la belga Umicore, que a partir de este mes próximo mes de enero pondrán en marcha una planta que será capaz de recuperar hasta el 90% del cobalto y el níquel en las baterías de alto voltaje procedentes de los coches eléctricos, o instalaciones de respaldo, que hayan terminado su vida útil.
Para la fase piloto Umicore utilizará las baterías utilizadas durante el proceso de desarrollo del Audi etron, de las que se extraerán materiales como el cobalto o el níquel, para de nuevo convertirlos en elementos conductores para producir nuevas baterías.
Según Bernd Martens, de Audi: «El desarrollar un circuito cerrado para las materias primas de las baterías es un gran salto tecnológicamente hablando. Ahorramos recursos costosos y escasos, y reducimos las emisiones de CO2. De esta manera, nos acercamos significativamente a nuestro objetivo de una cadena de suministro sostenible y trazamos el camino para lograr la neutralidad de nuestras emisiones en 2050 «.
Marc Grynberg, CEO de Umicore, agregó: “Las tecnologías innovadoras, el abastecimiento responsable y el cierre del ciclo de materiales conducirán el impulso hacia una movilidad más limpia. Este proyecto con Audi está a la vanguardia del desarrollo de una cadena de valor sostenible para el transporte electrificado ”.
Una visión de reciclado que ha estado presente según Audi desde el inicio del proceso de desarrollo del etron, y que permitirá reducir la necesidad de adquirir estos materiales que pueden volver a ser usados en una nueva batería, y de esa forma ir perfeccionando un proceso clave en un futuro donde al mercado llegarán millones de baterías de los modelos de las primeras generaciones que no deberían convertirse en un problema, sino en una oportunidad.
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