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¿Qué solución permite un transporte más eficiente: gasolina, diésel, gas, hidrógeno o baterías?

Gasolina, diésel, GLP, gas natural, hidrógeno, baterías… Actualmente, estamos en una etapa de transición de un modelo energético a otro, algo que afectará especialmente al sector del transporte. Por el momento, ni los expertos ni los fabricantes se ponen de acuerdo en cual será la tecnología que se impondrá en unos años. ¿Pila de combustible? ¿Baterías? ¿Combustibles sintéticos?

Lo cierto es que todos tienen sus pros y sus contras. Para empezar, la pila de combustible de hidrógeno debería permitir sobre el papel autonomías amplias y repostajes en pocos minutos; sin embargo, todavía es una tecnología cara, la obtención de hidrógeno es un proceso ineficiente incluso utilizando electricidad (electrolisis), desarrollar una red de hidrogeneras es caro debido a los requisitos de almacenamiento a alta presión…

Por el contrario, las baterías se muestran como una alternativa más económica; de hecho, se espera que en los próximos años sus precios disminuyan de forma muy notable. Además, gracias a la rápida evolución de esta tecnología, las autonomías se irán ampliando y los tiempos de carga reduciendo hasta ser similares a los de los coches térmicos.

Con todo, si nos centramos únicamente en la eficiencia energética, ¿qué alternativa es la más atractiva? Con 15 kWh de energía, un coche eléctrico a baterías puede recorrer de media unos 100 km (habrá modelos que consuman más, otros menos). Con esa misma energía, un coche de hidrógeno se quedará en unos 35 km, lo que lo hace más ineficiente.

Por detrás nos encontramos con el Syngas, que con el equivalente a 15 kWh recorre apenas 20 km. En el caso de los motores térmicos de gasolina y diésel, tan extendidos a día de hoy, esa misma energía nos permitirá completar un recorrido de 15 km. Queda en evidencia pues que los propulsores de combustión interna son los menos eficientes desde un punto de vista energético.

La ventaja de las baterías está clara, siendo la solución ideal por su aprovechamiento energético. Además, la evolución de los motores eléctricos y de las propias celdas de las baterías hará que estas cifras no hagan más que mejorar en los próximos años, lo que configura esta tecnología como la solución idónea para descarbonizar el sector del transporte. Sí, es posible producir hidrógeno a partir de electricidad obtenida mediante energías renovables, pero… ¿No es más sencillo transportar esa electricidad por cables y cargar directamente con ella un coche eléctrico, un proceso más eficiente que permite aprovechar mucho mejor nuestros recursos?

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