De un tiempo a esta parte, el grupo Volkswagen está redoblando sus esfuerzos en materia de movilidad eléctrica. Su objetivo es terminar la década siendo líder mundial en ventas de coches eléctricos, algo que será posible gracias al uso de plataformas modulares como la MEB o la PPE y al desarrollo de gamas completas de coches eléctricos bajo todas sus marcas (Audi, SEAT, Skoda, Porsche, Bentley…).
Así, en los próximos años Volkswagen tendrá que enfrentarse a grupos como la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi y a compañías de reciente creación como Tesla, una de las referencias actuales en el mercado del coche eléctrico. De hecho, durante una reciente entrevista el director ejecutivo de Volkswagen, Herbert Diess, ha enviado un claro mensaje a Elon Musk: Volkswagen va a por Tesla.
En los últimos tiempos, el gigante alemán ha comprado toda clase de startups especializadas en el desarrollo de software y ha aumentado sus inversiones en movilidad eléctrica y baterías. «Es una carrera abierta. Somos bastante optimistas, todavía podemos mantenerle el ritmo a Tesla, y en algún momento probablemente adelantarla«.
Esta misma semana el valor bursátil de Tesla ha superado por primera vez el de Volkswagen, algo logrado a pesar de que la firma estadounidense vende muchísimos menos automóviles que el grupo germano. De hecho, por el momento Tesla ni siquiera ha llegado a reportar ganancias anuales, solo trimestrales (aunque es posible que esto cambie este año gracias al éxito global del Model 3).
Tesla cuenta a su favor con su enorme competitividad en el creciente mercado de coches eléctricos, así como con sus avances en el campo del software (por ejemplo, dispone del Autopilot, uno de los asistentes de conducción autónoma más avanzados del mercado). Además, sus planes de expansión internacional (acaba de abrir una planta en China, a la que seguirá el año que viene otra en Alemania) son extremadamente ambiciosos.
Ante esto, Diess ha pedido a los altos gerentes de Volkswagen que le den una mayor agilidad de movimientos a la empresa. «La compañía que se adapte más rápido y que sea más innovadora, pero que también tenga la suficiente escala, vencerá la carrera». A estas preocupaciones habría que sumar la posibilidad de que la administración Trump imponga elevados aranceles a los vehículos fabricados en Europa, así como la recesión del mercado chino. «2020 para la industria automotriz será un año muy difícil. Pero estamos haciendo lo correcto para ser competitivos».
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