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El beneficio de Mazda se derrumba un 76% en el tercer trimestre de 2019. ¿Crisis pasajera o principio del fin para algunas marcas?

Hace unas horas que Mazda ha presentado los resultados económicos del tercer trimestre. Unos datos muy preocupantes que muestran una clara dinámica a la baja en el aspecto de los ingresos, en un mercado cada vez más complicado para los que no han apostado por diversificar su cartera de sistemas de propulsión por la cuestión de las normas de emisiones.

Durante el tercer trimestre, año fiscal japonés, Mazda ha confirmado los peores presagios con uno balance que les ha llevado a lograr un beneficio de apenas 144 millones de dólares, o un 37% menos que el mismo periodo del pasado año. También se ha visto reducido el margen operativo hasta los 59.6 millones de dólares, o un 74% menos que el 2018.

Uno de los aspectos más llamativos de los datos de Mazda, y que concuerdan con las cifras de otras marcas, es que las ventas no han bajado demasiado respecto a otros años. Concretamente Mazda ha entregado en el tercer trimestre de 2019 un total de 376.000 unidades, lo que supone prácticamente la misma cifra que el pasado año en unos datos donde si han bajado las exportaciones que recortan sus cifras un 8%.

Pero esto quiere decir que con unas entregas muy similares al año anterior, Mazda está ganando mucho menos dinero. Algo que tiene que ver con aspectos como el impacto en las exportaciones del elevado valor de yen, que a pesar de los recortes en apartados como la I+D, les ha llevado a reducir el beneficio operativo que se ha quedado en el tercer trimestre en apenas 0.8%, frente al 3% del año anterior.

Un escenario que lleva a Mazda a recalcular a la baja sus expectativas de ventas, que en noviembre mostraban el alcanzar las 1.55 millones de unidades en el año fiscal japonés (hasta el 31 de marzo) y que ahora se han rebajado un 4% hasta las 1.5 millones de unidades.

Esto puede abrir una nueva vía en la que Mazda vea bajar sus ventas, lo que sin duda acelerará la llegada de malas noticias en lo económico. Un horizonte que no parece muy lejano a la vista de la dinámica de un mercado que tienen hacia la electrificación, ya sea con sistemas híbridos o eléctricos, y donde a Mazda ni se le espera a corto plazo.

Esto lleva a muchos analistas a dudar del futuro de una marca que se enfrenta a una tormenta perfecta en la que las nuevas normas de emisiones supondrá un impacto económico en forma de multas ante las que el fabricante japonés se ha encomendado al MX-30. Un SUV eléctrico que llegará esta primavera y que no parece contar con los ingredientes necesarios como para lograr convertirse en un modelo relevante en un mercado cada vez más competitivo.

Y es que la tabla de salvación de Mazda para evitar las multas en un programa que irá incrementando sus exigencias en los años posteriores, es un SUV compacto con apenas 35.5 kWh y 200 km de autonomía homologada, que se quedará en torno a los 180 km reales en ciclo mixto, y apenas 140 km en autovía.

Un modelo con un diseño muy atractivo, pero un precio de 35.500 euros que le dejan fuera de mercado y al que se le será muy complejo hacerse un hueco en un escenario donde por ese dinero los clientes podrán optar por un Hyundai Kona de 39 kWh y casi 100 km más de autonomía homologada, y que por 2.000 euros más tienen a su disposición la versión de 64 kWh que dobla la autonomía al Mazda.

Es por eso que os dejamos la pregunta de si estamos ante una crisis pasajera, o principio del fin para algunas marcas como Mazda.

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Vía | Automotive News

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