Hace ya tres años que el gobierno de Reino Unido lanzó un llamativo anuncio donde se ponía por primera vez fecha al final de las ventas de coches con motor de combustión. Un proyecto que proponía 2040 como fecha límite y que posteriormente ha sido seguido por otros países que se han sumado a los objetivos para terminar con la vida comercial de los modelos contaminantes. Pero el pasado año el nuevo gobierno británico decidió que ante la emergencia climática que estamos viviendo era un plazo demasiado largo, por lo que decidió adelantarlo a 2035. Ahora apenas unos meses después ya empiezan a sonar tambores de guerra que nos indica que estamos a las puertas de un nuevo adelanto.
Así lo indica la BBC, que según las palabras del Secretario de Transporte, Grant Shapps, ha indicado que la fecha del final de las ventas de coches diésel, gasolina, y también híbridos e híbridos enchufables será en 2035, o incluso antes, en 2032.
Desde la administración se ha indicado que están estudiando las posibles fechas del inicio de esta paso que sin duda transformará de forma radical un mercado donde sólo se podrán vender coches eléctricos a batería y a hidrógeno. Algo que se extenderá también a los vehículos industriales ligeros.
Este proyecto se enmarca en el objetivo de que Reino Unido sea neutral en emisiones en 2050. Algo que hace necesario tomar medidas drásticas para reducir las emisiones contaminantes en diferentes industrias y sectores, y que estas medidas se tomen lo antes posible. Algo que pavimenta el camino para que las fechas de prohibición de ventas de vehículos contaminantes originales hayan pasado de ser tachadas como irreales, a ser demasiado conservadoras necesitando una revisión urgente y ambiciosa.
Desde el potente club del automóvil británico (RAC) han indicado que aunque los objetivos del gobierno de terminar con las ventas de coches con motor de combustión parecen estar moviéndose constantemente, los consumidores deben saber que si la autonomía es una preocupación, pueden adquirir sin preocupaciones un híbrido enchufable que les ofrecerá lo mejor de los dos mundos. Un modelo que podrá seguir circulando de forma normal después de la prohibición.
Por supuesto desde los fabricantes se han mostrado muy preocupados con estos movimientos. La patronal de la industria ha comunicado que: «Los fabricantes están totalmente convencidos de un futuro de cero emisiones. Sin embargo, la demanda actual de esta tecnología es muy baja por culpa de unos precios elevados y unas autonomías y red de recarga todavía en progreso. Algo que supondrá realizar nuevas inversiones».
Desde otros sectores indican que es muy complicado que el gobierno alcance sus objetivos sólo con la reducción de las ventas de coches con motor de combustión a medio plazo, y las acciones deberían comenzar a corto plazo por ejemplo tratando de convencer a los usuarios de no adquirir modelos contaminantes como los SUV diésel y gasolina que han disparado las cifras de CO2 en los últimos años en algunas de las marcas más expuestas.
El caso de Reino Unido supone el más llamativo por el tamaño del país. Pero otros más pequeños han decidido ir más allá y a la vista de la evolución de las ventas han decidido que ni 2040, ni 2035, ni 2030. Lugares como Noruega han decidido que en apenas 5 años no se podrán vender coches diésel o gasolina en el país, lo que supondrá el primer experimento de este tipo en el mundo y que servirá de campo de pruebas para que otros estados sigan su ejemplo.
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