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Debate. Algunas ciudades españolas están cerrando sus servicio de bicisharing por el coronavirus. ¿Es una buena medida?

Estos días la actualidad está totalmente monopolizada por un coronavirus que ha paralizado buena parte de Europa, y también de España. Son muchas las empresas y negocios que han cerrado, pero hay otros que siguen su actividad. Algo que obliga a muchas personas cada día a acudir a sus puestos de trabajo. Pero algunas ciudades, como Getafe, han decidido cerrar su servicio de bicis compartidas, o bicisharing, por temor al contagio del virus. Algo que puede resultar un problema.

Así lo ha indicado por ejemplo el alcalde de Nueva York, el demócrata Bill de Blasio, que ha recomendado a sus ciudadanos usar la bicicleta mejor que coger los medios de transporte públicos colectivos. Una forma según el alcalde de minimizar las aglomeraciones en las estaciones de metro o de autobús, lo que puede ayudar a frenar la expansión del virus.

Por supuesto desde la administración se han lanzado recomendaciones, como la de usar siempre mascarilla, guantes, pero además ampliar las medidas de seguridad desinfectando la bicicleta antes y después del uso.

Esta petición del alcalde neoyorkino ha supuesto un aumento del número de desplazamientos en bicicleta por la ciudad en lo que va de mes de marzo. Según la medición en uno de los puntos más concurridos, ha visto como el número de ciclistas ha aumentado de los 13.000 en 2018, siendo este mismo mes en 2020 a la cifra cercana a 19.000. Una cifra que muy posiblemente se disparará en las próximas semanas con la expansión del virus.

Por supuesto hay que tener en cuenta que en el caso de los servicios de bici compartida, hay una variante respecto a las bicicletas particulares y es que es necesario el trabajo de los operarios para trasladar las bicicletas de una zona a otra. Unas operaciones que siempre debe realizarse con las máximas garantías de seguridad para los trabajadores.

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Pero el potencial de la bicicleta es enorme en situaciones como la que vivimos en la actualidad. Un estudio realizado el pasado año por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, y recogido por el portal Ciclosfera, analizó cómo se contagia la gripe entre los usuarios del transporte público de Londres y llegó a conclusiones interesantes. Entre otras, los investigadores descubrieron que “existe una correlación clara entre el uso del transporte público y la propagación de la gripe”. En otros estudios se ha analizado esa misma incidencia, pero en los vehículos privados. Y estos tampoco se libran. Según otro estudio realizado por el mismo organismo, existe entre un 59% y un 99% de riesgo de contagio en un viaje de 90 minutos con una persona que tenga la gripe. Ambos estudios apuntaron que el transporte en bicicleta está exento de riesgos en el 100% de los casos.

Además de reducir el riesgo de contagio, la bicicleta además añade factores de mejora física, lo que supone otro beneficio para el organismo. Unas evidencias que hacen que las autoridades no sólo no deberían dejar de prestar los servicios de bicicletas compartidas, sino reforzarlas como una herramienta para reducir la expansión del coronavirus en nuestro país, por supuesto como hemos dicho, blindando la seguridad de los trabajadores que se encarguen de su mantenimiento y traslado.

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