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El futuro de los talleres con la llegada del coche eléctrico. Adaptarse o morir

Muchos piensan que con la llegada masiva del coche eléctrico, y su menos complejo sistema de propulsión, los talleres mecánicos se verán al cierre por falta de trabajo. Pero la cuestión es que aunque en algunos aspectos las muevas tecnologías supondrán menos visitas a este tipo de establecimientos, la realidad es que el coche eléctrico supondrá un cambio y abrirá nuevas oportunidades para aquellos que sepan adaptarse.

Por un lado los coches eléctricos supondrán una reducción importante en algunas de las principales operaciones que se realizan en los talleres. Se estima que un taller medio sufrirá un descenso de un 35% en sus ingresos por culpa de la ausencia prácticamente total de cambios de aceite y filtros, que suponen un 24% de las visitas, así como de los cambio de pastillas y discos de freno, que representan el 5% de los ingresos.

Pero al mismo tiempo que se cierra una puerta, se abre una ventana. Los talleres verán como aumenta el consumo de componentes como los neumáticos. Algo que tiene su origen en factores como el mayor peso medio de los vehículos eléctricos respecto a sus equivalentes con motor de combustión, y también al par motor lineal, que hace que las aceleraciones sean más rápidas.

Según un estudio del especialista norteamericano en neumáticos Zohr, de media el cliente de un coche eléctrico realiza un cambio de neumáticos un 30% antes que el conductor de un coche con motor de combustión. Algo que abre las puertas a los talleres a ampliar su oferta en este sector.

A esto ayuda no sólo la cuestión del par motor y la aceleración más inmediata de los coches eléctricos y su mayor peso, sino también a que de media este tipo de vehículos hace más kilómetros al año que los modelos diésel y gasolina. Algo que se ve favorecido por factores como la mayor diversión al volante, y el menor coste operativo que anima a los conductores a recorrer más kilómetros.

Otro apartado que permitirá a los talleres lograr amortiguar el impacto del menor coste operativo de los coches eléctricos será el relacionado con la visibilidad de los vehículos. Todo aquello que suponga el mantener cristales, cámaras y demás elementos limpios tendrán cada vez mayor demanda por parte de los clientes de coches más y más dotados de elementos tecnológicos. Algo que supondrá un aumento de demanda de productos como los parabrisas, limpiaparabrisas, líquidos de limpieza, faros y bombillas.

Precisamente los parabrisas tendrán un apartado especial debido a la tendencia de hacer vehículos con cada vez mayor superficie acristalada, lo que provoca la necesidad de piezas cada vez más complejas…y costosas.

Volviendo a lo exclusivamente eléctrico, los vehículos contarán con sistemas de refrigeración de sus baterías, que requerirán la revisión y sustitución del líquido que mantiene los packs dentro de una temperatura lo más idónea posible. También en lo relacionado con la climatización, pero esta vez del interior del vehículo. La necesidad de mantener los sistemas en perfecto estado de mantenimiento, para maximizar su eficiencia, hará que se realicen cada vez más revisiones de esta clase.

La conclusión es que el sector del automóvil se está transformando, pero eso no quiere decir que los talleres no vayan a poder seguir trabajando. Eso si, lo tendrán que hacer en otros apartados del vehículo ya que el motor dejará de ser una fuente de problemas y de negocio, al mismo tiempo que se abren nuevas posibilidades en el mantenimiento y mejora de otros elementos, como la actualización de sus baterías.

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