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Mazda registra una arquitectura para coches electrificados que combina baterías, supercondensadores y un motor rotativo

El MX-30 es el primer coche eléctrico de producción de Marza. Este SUV de 4,39 metros de largo ubicado en el segmento C cuenta con una batería de 35,5 kWh, lo que le permite alcanzar una autonomía en modo eléctrico de unos 200 km bajo el ciclo de homologación WLTP. Esta cifra, criticada por algunos por ser demasiado reducida para un coche eléctrico de nueva generación, es más que suficiente según Mazda para los desplazamientos diarios de la mayor parte de sus clientes.

Otra fuente de críticas ha sido la respuesta del motor eléctrico e-Skyactiv de 141 cv (105 kW) y 264 Nm de par del vehículo, que de acuerdo con Mazda entrega la potencia de forma gradual (como en un coche atmosférico), pues el objetivo de la compañía es que el MX-30 se conduzca de forma similar a sus modelos de combustión, que tienen una marcada personalidad. El todocamino puede cargar a 50 kW de potencia en corriente continua (formato CCS Combo 2 o CHAdeMO, según el mercado), lo que le permite recuperar el 80% de su autonomía en unos 40 minutos.

Tampoco ha quedado exento de polémica el diseño exterior del coche, pues las puertas traseras son de menor tamaño que las delanteras y se abren a contramarcha, siguiendo los rasgos del extinto deportivo RX-8. Esta peculiar configuración permite un diseño exterior muy personal, pero no destaca precisamente por su practicidad, pues complica el acceso a las plazas traseras. En el interior los grandes protagonistas son los materiales sostenibles que exhibe el vehículo: inserciones de corcho, una tapicería creada a partir de botellas de plástico recicladas, etc.

Actualmente el modelo ya se puede reservar en España previo depósito de 1.000 euros reembolsables, mientras que el precio de partida para la edición especial de lanzamiento First Edition será de 34.590 euros antes de ayudas. Esta versión contará con equipamientos como llantas de 18 pulgadas, faros full LED adaptativos, asientos calefactables con 8 posiciones y configuración eléctrica, cámara marcha atrás, sensores de aparcamiento, asistente mantenimiento de carril, control de velocidad adaptativo, pantalla central de 8,8 pulgadas con Apple CarPlay y Android Auto, Head-Up Display, sensores de lluvia y luces, climatizador controlado mediante una segunda pantalla táctil…

Las primeras entregas del modelo están previstas para otoño de este mismo año; sin embargo, también está previsto que más adelante se añada una versión con extensor de autonomía. Como Mazda se muestra contraria al empleo de baterías de gran tamaño por cuestiones de eficiencia, empleará el motor rotativo Skyactiv-R para aumentar el alcance de su modelo eléctrico.

Durante décadas, Mazda fue la principal defensora de los motores rotativos, un tipo de motor térmico que finalmente desapareció de la gama del fabricante japonés con el cese de producción del RX-8 hace unos años. Sin embargo, ahora esta tecnología volverá por todo lo alto con el objetivo de servir como extensor de autonomía opcional para los coches eléctricos de la marca.

A la hora de ejercer como extensor de autonomía, la principal ventaja de un motor rotativo frente a uno convencional es su tamaño (el Skyactiv-R ocupará el mismo espacio que dos cajas de zapatos). Sin embargo, una serie de patentes registradas por Mazda parecen indicar que la marca está estudiando combinar el motor rotativo y el pack de baterías de sus futuros coches eléctricos con un tercer elemento: supercondensadores.

Los supercondensadores se cargan mucho más rápido que las baterías; además, también entregan la energía mucho más rápido, lo que permite mejorar el rendimiento general y las aceleraciones en particular. Además, los supercondensadores son muy ligeros y baratos, por lo que son el complemento ideal para una batería.

La patente filtrada nos muestra que Mazda empleará en su primer modelo con esta configuración una batería de 48 voltios con una capacidad de 3,5 kWh conectada directamente a los supercondensadores, los cuales se cargarán con la frenada regenerativa. Cuando los supercondensadores alcancen cierto porcentaje de carga, esta irá a la batería; cuando estén vacíos, ocurrirá el proceso inverso. En la patente también se puede ver que el vehículo contará con motores eléctricos integrados en las ruedas delanteras (serán de pequeño tamaño para solucionar el problema de las masas suspendidas).

En un principio, todos los modelos electrificados de la marca que no sean eléctricos puros emplearán la misma versión del motor Skyactiv-R (si bien cambiará su potencia de salida, algo que podría lograrse con un turbocompresor), lo que permitirá un importante ahorro de costes, mientras que el tamaño de las baterías y del depósito de combustible variará dependiendo de si nos encontramos ante un híbrido, un híbrido enchufable o un eléctrico de autonomía extendida (en el caso del modelo de la patente nos encontramos ante la primera configuración, como muestra su batería de reducido tamaño).

Fuente | InsideEVs

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