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Volvo recortará sus inversiones en I+D para fortalecerse ante la crisis, pero mantendrá intacto el presupuesto para coches eléctricos y conducción autónoma

Debido a la crisis económica originada a raíz de la pandemia mundial del coronavirus, son muchos los fabricantes de automóviles que se están viendo obligados a retrasar lanzamientos y a reducir sus inversiones. Este es el caso de Volvo, pues su director ejecutivo, Hakan Samuelsson, acaba de anunciar que la firma sueca tendrá que recortar su presupuesto en I+D.

Sin embargo, hay dos campos en los que Volvo mantendrá intactas sus inversiones: el coche eléctrico y la conducción autónoma. Así, Volvo priorizará de forma clara ambas tecnologías entre sus miles de proyectos con el objetivo de proteger su estrategia a largo plazo (para 2025 la compañía quiere que el 50% de sus ventas sean de coches 100% eléctricos).

Con el objetivo de ahorrar efectivo, es posible que Volvo cancele algunos de los restyling de mitad de ciclo de sus modelos actuales, extendiendo la vida comercial de las versiones ya a la venta. Por el momento no está claro a qué modelos afectará esta medida, si bien es posible que las grandes afectadas sean las gamas «60» y «90» del fabricante.

Gracias a su compromiso con el coche eléctrico, Volvo debería ser capaz de cumplir sin problemas con las nuevas normativas de emisiones de la Unión Europea (este mismo año se pondrá a la venta el Polestar 2, primer modelo 100% eléctrico de la compañía, al que se unirá poco después el Volvo XC40 Recharge P8 AWD; además, tampoco podemos perder de vista la extensa oferta de híbridos enchufables del fabricante sueco).

Tanto el Polestar 2 como el Volvo XC40 Recharge P8 AWD parten de la plataforma modular CMA; además, cuentan con baterías de idéntico tamaño (78 kWh de capacidad), si bien debido a motivos aerodinámicos el primero logra una autonomía de 470 km bajo el ciclo de homologación europeo WLTP, mientras que el segundo se conforma con alcanzar los 430 km. Más adelante tanto el Polestar como el Volvo recibirán variantes menos prestacionales, las cuales se ofrecerán con baterías más pequeñas, sin tracción total y a un precio de partida inferior a los 40.000 euros antes de ayudas.

En 2021 está previsto que se unan a ambos vehículos el Polestar 3, un SUV eléctrico de altas prestaciones llamado a competir contra el Tesla Model X, así como la versión eléctrica del Volvo XC90, la cual podría lucir el apellido Recharge P8 AWD. Ambos vehículos serán en un principio idénticos a nivel mecánico, compartiendo su plataforma modular SPA y sus baterías y trenes motrices.

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