Este fin de semana el Ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire, ha concedido una entrevista a la prensa gala en la que desgrana algunas de las medidas que está preparando el ejecutivo para ayudar a su industria automovilística. Unas medidas que vendrán acompañadas de unas condiciones.
La más conocida es la petición de repatriar parte de la producción situada en otros países. Algo destinado a reforzar un mercado laboral que al igual que el resto de Europa quedará tocado por la crisis del coronavirus.
A cambio fabricantes como Renault y el grupo PSA podrán acceder a un paquete de ayudas que incluirá préstamos garantizados por el gobierno donde se incluirá un préstamo de 5.000 millones de euros solo para Renault. Un fabricante en el que el estado ya posee el 15%.
Pero para acceder a estas ayudas, el Ministro también ha puesto sobre la mesa la necesidad de que las marcas apuesten por la reducción de emisiones. Según el Ministro: «Estamos preparados para satisfacer la demanda de ayudas del sector del automóvil, pero estas serán dirigidas a vehículos ecológicos que emiten menos CO2, en particular para coches eléctricos».
Según algunos analistas, la posición del gobierno francés se traduce en que desde París se quiere decir que los fabricantes que pidan ayuda al estado, tendrán que realizar gestos tanto de repatriación de cierta producción, principalmente desde fuera de la UE, como Marruecos o Argelia, aunque no se descarta también España, y además tendrán que apostar más fuerte por las nuevas formas de movilidad.
Unas condiciones que estén pendientes de ser acordadas después de la próxima cumbre que reunirá al estado francés con los principales fabricantes nacionales.
Pero desde el ejecutivo ya se están dando más señales de que aquellos que pidan ayudas tendrán que dar pasos hacia la movilidad eléctrica clara. Como ejemplo la confirmación del apoyo por parte del gobierno de Macron a los proyectos de producción de baterías en colaboración con Alemania, que trabajan en levantar dos factorías de baterías cuyos primeros trabajos arrancarán a finales de este año, y que tiene como objetivo poner en marcha dos plantas con hasta 32 GWh de capacidad anual cada una.
Avisos altos y claros de que aquellos que no apuesten por una movilidad eléctrica, se quedarán atrás y no podrán acogerse a las ayudas que pondrá en marcha el gobierno francés tanto en las directas a los fabricantes, como en las destinadas a los consumidores para recuperar el mercado.
