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Francia presenta su programa de recuperación al sector del automóvil. Ayudas a los coches eléctricos de hasta 7.000 euros, pero repatriación de la producción

Hace pocas horas el gobierno de Francia ha presentado su proyecto para recuperar un sector de la automoción que ha quedado gravemente dañado por la crisis del coronavirus. Un proyecto que supondrá inyectar capital de diferentes maneras, pero que quiere aprovechar el momento para que la salida de la crisis sea de la mano de una mayor producción de coches eléctricos.

En total Francia movilizará 8.000 millones de euros para salvar a su industria automovilística en forma de préstamos o aplazamiento de deudas, en una ambiciosa iniciativa donde el presidente Macron ha puesto énfasis en la necesidad de convertir al país en la principal potencia europea en la producción de vehículos eléctricos.

Según el presidente Macron: “ Tenemos que preservar pero también transformar. Nuestra industria enfrenta grandes desafíos que existían antes del Covid-19. Ahora se está preparando lo siguiente. queremos hacer de Francia el principal productor de vehículos eléctricos en Europa con un objetivo de 1 millón de vehículos limpios producidos en 5 años.»

El primer paso ha sido el incremento de la ayuda a la compra de coches eléctricos, que a partir de junio ascenderá hasta los 7.000 euros, que serán de 5.000 euros para las empresas. Además se recupera el incentivo a los híbridos enchufables, que podrán acceder a una ayuda de 2.000 euros.

De forma adicional se recuperará el «Plan Renove» que el gobierno de Francia ha aplicado en anteriores años, y que supondrá que los compradores de un eléctrico que entreguen un vehículo diésel o gasolina para su achatarramiento, podrán acceder a una ayuda extra de hasta 5.000 euros. Una ayuda que cuentan con un límite de ingresos por parte del interesado para acceder a la misma, y que este año se elevará hasta los 18.000 euros anuales.

La otra parte del plan es acelerar la expansión de las redes de recarga, que según el Secretario de Estado de Transporte, Jean-Baptiste Djebarri, debería llegar a las 100.000 estaciones públicas para principios de 2021. Algo para lo que será necesaria una fuerte inversión.

Pero además de poner sobre la mesa ayudas, el gobierno francés también exigirá compensaciones a la industria francesa. Según el documento, tanto Renault y PSA se han comprometido a trasladar la producción de híbridos y coches eléctricos a Francia. Y es que por ejemplo el grupo PSA (Citroën-Peugeot-Opel, no ha fabricado ni una unidad en Francia, y se ha marcado como objetivo llegar a las 130.000 unidades para 2021. Algo que ha supuesto de momento que la producción del nuevo Peugeot 3008 eléctrico haya sido otorgada a la planta de Sochaux.

Por su parte Renault todavía tiene pendiente la publicación de sus planes, que conoceremos la próxima semana, pero que contemplan multiplicar por tres la producción de coches eléctricos entre 2020 y 2022, y cuadriplicarla para 2024. Entre las novedades provocadas por el proyecto de Francia, Renault enviará la producción del nuevo motor de la Alianza a la planta de Cléon, Normandía, donde ya se producen los motores para el ZOE y que contará con nuevas líneas de producción.

Además empujados por el gobierno, Renault también se unirá al consorcio europeo de producción de baterías en colaboración con PSA y Total. Algo que supondrá la primera asociación de Renault fuera de su profundo acuerdo con la coreana LG.

Opinión

Esto es un toma y daca. Francia pone el dinero para salvar a su industria automovilística que da empleo a cerca de 1 millón de personas de forma directa e indirecta, al mismo tiempo que se asegura repatriar algo de producción y que las marcas apuesten por un futuro que habían dejado algo de lado.

Las marcas por su parte blindan su futuro a corto plazo, comprometiéndose a unos objetivos que antes o después habrían tenido que afrontar por la evolución de la tecnología y el mercado.

Queda por ver como se plasma en la práctica la repatriación de la producción, ya que es un aspecto mas complejo de lo que podemos pensar. No se trata sólo de abrir aquí y cerrar allá. Hay grandes inversiones para tener las fábricas preparadas para ensamblar los modelos eléctricos. Por ejemplo, las fábricas francesas de PSA están preparadas para producir vehículos bajo la plataforma EMP2, que acogerá a los modelos más costosos, mientras que las españolas todas están adaptadas a la CMP, que será la usada por las variantes más económicas y de mayor volumen.

Y todo esto con los objetivos de emisiones que siguen su curso a pesar de las presiones de la industria para su relajación temporal, lo que hace que el traslado de plantas sea algo operativamente muy difícil.

Renault por su parte no produce coches eléctricos fuera de Francia, por lo que en este caso la única opción sería la de repatriar la producción de Nissan en Sunderland hacia sus plantas que se encargarían de producir los modelos de nueva generación, como el Nissan Ariya. Algo que encajaría en la estrategia de retirada de Nissan de Europa.

Un proyecto ambicioso que choca con la parálisis y los tiempos de activación del proyecto en una España que puede perder el tren de la innovación y seguir viendo como el tejido industrial del automóvil se desangra por no actual con más celeridad y como ejemplo el plan de ayudas al coche eléctrico, que no llegará hasta finales de julio o principios de agosto.

Fuente | AP

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