Aunque el presidente francés Emmanuel Macron presentará su plan de apoyo al sector automovilístico nacional el próximo martes, Renault ya ha aceptado las condiciones establecidas por el gobierno para recibir un préstamo de 5.000 millones de euros, el cual será vital para la supervivencia del histórico constructor de automóviles. Una de las consecuencias será la unión de Renault a la Alianza Europea de Baterías.
Siguiendo el deseo del ministro de economía Bruno Le Maire, Renault ha acordado pasar a formar parte de esta alianza en la que ya se encuentran compatriotas como PSA (Peugeot-Citroën, Opel) y Total. El ministro fue tajante la semana pasada, afirmando que no firmaría el préstamo de 5.000 millones de euros si Renault se negaba a participar en esta ambiciosa iniciativa.
«Es raro tener que utilizar influencias para obtener estas cosas, pero tenemos intención de usarlas en esta ocasión», declara Le Maire, que quiere que Renault reorganice su cadena de producción en Francia y en todo el mundo para ser más eficiente. Antes de tener que pedir el préstamo Renault no quería formar parte de esta alianza para no tener que compartir proveedores con su rival PSA.
La compañía no ha tenido más opción que la de unirse al consorcio europeo, el cual tiene el objetivo de crear «el Airbus de las baterías» para poder competir contra las grandes potencias asiáticas que dominan la industria (China con CATL y BTD, Corea del Sur con LG Chem, Samsung SDI y SK Innovation, Japón con Panasonic…).
La creación de una fuerte industria de baterías podría crear miles de empleos en Francia, motivo por el que el gobierno francés también quiere obligar a Renault a producir sus futuros coches eléctricos en el país. Actualmente la única fábrica europea de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi preparada para producir coches eléctricos asentados sobre la plataforma modular CMF-EV es la de Douai, por lo que todo parece indicar que los deseos del ejecutivo francés podrán ser satisfechos por Renault.
El próximo 27 de mayo la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi presentará sus planes de reestructuración, mientras que el 28 y el 29 Nissan y Renault revelarán sus estrategias individuales. El grupo, que se ha visto golpeado con fuerza por la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus, sufrirá una redistribución territorial y se verá obligado a llevar a cabo numerosos recortes, lo que incluye la cancelación de proyectos y el cierre de fábricas. Sin embargo, sus planes de electrificación se mantendrán inamovibles.
Fuente | Europe 1
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