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General Motors AUTOnomy: el prototipo de 2002 que dio origen a las plataformas skate-board

Gracias al reducido tamaño de los motores eléctricos y al volumen que ocupan las baterías, la distribución mecánica de un coche eléctrico es muy diferente a la de un modelo térmico. Aunque hay muchas compañías que venden modelos eléctricos derivados de plataformas térmicas adaptadas, los cuales mantienen las proporciones de un modelo convencional, cada vez son más las marcas que apuestan por desarrollar arquitecturas dedicadas.

Este es el caso del Grupo Volkswagen, de Hyundai y de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi con sus respectivas plataformas MEB, E-GMP y CMF-EV, las cuales siguen el mismo diseño de tipo skate-board (baterías planas en los bajos, motores eléctricos en los ejes), una solución de gran simplicidad que permite optimizar al máximo el espacio interior del coche, brindando además una enorme flexibilidad al poderse adaptar a numerosos tipos diferentes de carrocerías.

Entre otras ventajas de este diseño podemos destacar que posibilita una amplia distancia entre ejes, unos voladizos reducidos, acortar el capó y adelantar el parabrisas, lo que crea un habitáculo más amplio que el de un modelo térmico de similar longitud. Sin embargo, la presencia del pack de baterías bajo el piso obliga a que el automóvil tenga una altura superior a la de un vehículo convencional; a cambio, permite reducir el centro de gravedad, mejorando con ello el comportamiento dinámico.

Tesla fue toda una pionera al llevar al mercado este diseño en 2012 de la mano del Model S. Diseñado a partir de un «folio en blanco», este modelo desarrollado desde cero para ser eléctrico tenía una plataforma que optimizaba al máximo la distribución de los órganos mecánicos. «La arquitectura del Model S es realmente similar a un monopatín», declaró en 2013 Franz von Holzhausen, jefe de diseño de Tesla. «El piso del vehículo es la batería y el motor está entre las ruedas traseras».

Sin embargo, a pesar de que Tesla fue el primer fabricante en lanzar al mercado un vehículo con este diseño, no fue la primera marca en desarrollar una solución de este tipo: en el año 2002 General Motors lanzó el prototipo AUTOnomy, concebido como un automóvil autónomo dotado de una pila de combustible de hidrógeno y asentado sobre una plataforma similar a una arquitectura skate-board.

Más tarde General Motors lanzó el prototipo Hy-Wire, el cual seguía los pasos del AUTOnomy. A pesar de que estos modelos nunca llegaron al mercado y ni siquiera eran eléctricos a baterías, su diseño era muy similar al de las plataformas skate-board actuales, las cuales probablemente se conviertan en el estándar de la industria en unos años gracias a su sencillez y flexibilidad.

Fuente | CleanTechnica

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