El comité de asesoramiento del gobierno de Reino Unido ha publicado un informe donde ponen sobre la mesa los pasos necesarios para lograr no solo una recuperación más sostenible y rápida de la crisis del coronavirus, sino también lograr cumplir con los objetivos de reducción de emisiones contaminantes. Algo que conduce directamente a una rápida implantación del coche eléctrico y la eliminación de los modelos diésel y gasolina.
Las recomendaciones del comité de expertos se reflejan en el informe anual sobre el progreso de Reino Unido en el cumplimiento de los objetivos climáticos, que muestra que las políticas públicas se quedan muy cortas.
Este informe profundiza en cuestiones como la eficiencia energética, el aislamiento de las viviendas, pero también en la necesidad de que desde el gobierno se realice un liderazgo más ambicioso en cuanto a la reducción de emisiones, contaminantes. Un factor que dirige sus críticas directamente al primer ministro británico que no está realizando según el estudio, el trabajo necesario.
Y es que para lograr la neutralidad energética en 2050, los británicos deben tomar medidas más drásticas y profundas que tengan un impacto ya a corto plazo, y que además supongan un impulso a la salida de la crisis provocada por el COVID-19.
Según el presidente de la Comisión de Cambio Climático, John Gummer, en una conferencia de prensa.: «Si vamos a salir con éxito de COVID 19, solo hay una ruta, y esa ruta es la que nos permite también luchar contra el cambio climático«.
Para el comité, Reino Unido ha acertado apostando por la rápida expansión de las fuentes de energía renovables y la reducción del uso de sistemas como el carbón o el gas, pero ha fallado en su transición del sector transporte.
Es por eso que proponen acelerar el objetivo que busca eliminar gradualmente las ventas de coches diésel y gasolina, que debería adelantarse del 2040 actual, al 2032. Un adelante de ocho años que además tendrá que ser acompañado por una mayor inversión en incentivos y en redes de recarga públicas para animar a los consumidores a dar el salto a la movilidad eléctrica.
Medidas que según los asesores, tendrán que estar complementadas con otras como el incremento paulatino de los impuestos a los vehículos con motor de combustión interna, lo que ayudará precisamente a lograr desincentivar su adquisición, y de paso financiar parte de los proyectos públicos de cara a mejorar la percepción de los vehículos impulsados por electricidad.
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