En los últimos meses estamos viendo como las iniciativas para implantar el hidrógeno en el transporte está intensificando su actividad para lograr situarse como alternativa en la reducción de emisiones. Después de fallar en ofrecer una alternativa viable a corto plazo en el sector del transporte personal, ahora los trabajos se centran en sectores industriales como el transporte pesado, y también el de otros como el transporte público.
ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) ha confirmado que están en conversaciones con empresas y expertos del sector del hidrógeno para estudiar su implantación en aquellas vías de baja intensidad de pasajeros y corto recorrido, donde no exista catenaria y donde las pilas de combustible podrían permitir eliminar los modelos diésel o a gas natural.
Una de las líneas con potencial para ser usada en esta primera fase sería la situada en Aragón, y que conecta las localidades de Huesca y Canfranc. Apenas 90 kilómetros que pueden ser una piedra de toque para conocer de forma práctica el potencial y limitaciones de este sistema.
Estos trabajos podrían aprovechar la experiencia de la Fundación para el Desarrollo de Tecnologías del Hidrógeno en Aragón, con más de 15 años a su espalda trabajando por convertir al hidrógeno en una alternativa en sectores como el transporte.
Otra de las posibilidades sería el electrificar alguna vía en la zona de Extremadura. Una región muy maltratada por las diferentes administraciones centrales en lo que respecta a las infraestructuras ferroviarias, y donde la baja densidad de población hace poco rentable la explotación del tren como medio de transporte.
Pero con un sistema eléctrico esto podría cambiar, haciendo que los desplazamientos en rutas con un bajo nivel de viajeros sea más fácil de compensar en el aspecto económico.
Curiosamente desde ADIF se ha indicado que la idea es que los trenes sean 100% eléctricos, pero reconocen que en algunas zonas será necesario el uso de extensores de autonomía. Algo que nos avisa de que el operador ferroviario está estudiando todavía qué sistema utilizará para electrificar las vías menos rentables. Unos informes que nos mostrarán si es posible eliminar los trenes diésel o a gas de nuestro territorio.
Pero sin duda resulta llamativo que se busque electrificar las vías menos rentables con una opción como el hidrógeno que se ha demostrado poco eficiente y muy costoso tanto en lo operativo, como en la implantación de los elementos necesarios para el repostaje y el almacenamiento del propio hidrógeno. Factores que chocan contra la búsqueda de electrificar unas rutas con baja densidad de pasajeros y tradicionalmente deficitarias.
Ahora solo queda esperar al informe final donde los expertos expondrán qué sistema será el más interesante para ir eliminando los contaminantes y costosos sistemas diésel, para de esa forma acelerar la transición de un sector con un gran potencial de electrificación.
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Vía | Heraldo
