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Prueba Peugeot e-208: la primera incursión del león en el territorio del coche eléctrico

Con cierto retraso respecto a otras compañías, en 2019 el grupo francés PSA (Peugeot-Citroën, Opel) comenzó a lanzar sus primeros coches eléctricos de nueva generación. Hasta entonces la compañía solo había puesto a la venta modelos de otras marcas relogotipados (los Peugeot iOn y Citroën C-Zero eran remarcados del Mitsubishi i-MiEV, mientras que el Citroën E-Mehari era una versión modificada del Bolloré BlueSummer).

La primera oleada de la nueva ofensiva eléctrica de PSA tendrá como piedra angular la plataforma modular multienergía CMP, cuya versión 100% eléctrica se denomina e-CMP. Enfocada a vehículos de los segmentos B y C (utilitarios y compactos), la plataforma e-CMP emplea motores eléctricos de origen Continental y baterías con celdas CATL.

A partir de 2023 PSA comenzará a lanzar coches eléctricos asentados sobre la plataforma e-EMP2, la variante eléctrica de la EMP2, enfocada a los segmentos C y D (compactos y familiares). Esta arquitectura hará uso de motores Nidec-PSA y baterías con celdas Saft-PSA, elementos que más adelante también llegarán a la plataforma e-CMP.

A día de hoy PSA cuenta con varios coches eléctricos basados en la plataforma e-CMP a la venta: el Peugeot e-2008, el Citroën ë-C4, los Opel Corsa-e y Mokka-e, el DS 3 Crossback E-TENSE… Sin embargo, lo más probable es que el más importante de todos ellos sea el Peugeot e-208, un atractivo utilitario que desde su lanzamiento en 2019 se ha convertido en uno de los coches eléctricos más populares del mercado europeo. Hoy nos pondremos tras su achatado volante para comprobar hasta qué punto es consistente la ambiciosa estrategia eléctrica del grupo PSA.

La belleza como carta de presentación

El Peugeot e-208 es, como bien indica su nombre, la versión eléctrica del Peugeot 208, siendo ambos modelos prácticamente idénticos a nivel estético. Solo podemos distinguirlos por pequeños detalles como la parrilla en color carrocería, las llantas específicas de diseño aerodinámico, la falta de una cola de escape y los logotipos exclusivos.

Encuadrado en el segmento B, este modelo mide 4,05 metros de largo, lo que lo convierte en uno de los más grandes de su categoría. Sus proporciones están muy conseguidas, con un capó bastante horizontal y unos voladizos reducidos que le dan una planta imponente a pesar de su contenido tamaño. A esto también ayudan los pasos de rueda con aletines en color negro, que incrementan la anchura visual del coche en los acabados que los equipan.

La imagen del Peugeot e-208 es ciertamente llamativa, destacando en las versiones tope de gama aspectos como los faros full LED con una firma lumínica muy característica (tres barras verticales tanto delante como atrás, simulando las garran de un león, así como unos peculiares «colmillos» en el frente) o el techo en color negro opcional.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce: la enorme parrilla, formada por pequeños apliques de plástico, resulta delicada ante los pequeños toques de aparcamiento, mientras que los aletines negros son algo endebles al tacto; además, su uso hace que incluso las llantas de 17 pulgadas de nuestra unidad se vieran algo pequeñas.

Otro aspecto estético controvertido del modelo son sus puertas traseras, estrechas y con el tirador en una posición algo baja. A pesar de todo, en líneas generales nos encontramos ante un modelo de aspecto moderno y musculoso que tiene en su bonita estética uno de sus principales reclamos frente a las propuestas de la competencia

Calidad, tecnología y una ergonomía mejorable

El habitáculo del Peugeot e-208 es incluso más llamativo que el exterior, con un salpicadero de formas vanguardistas en el que el máximo protagonista es el i-Cockpit 3D: al igual que otros Peugeot, el e-208 tiene un pequeño volante achatado en combinación con una instrumentación en posición elevada, la cual se consulta por encima del aro del volante. Sin embargo, en este modelo además los gráficos de la instrumentación digital configurable son en 3D, lo que le da un aspecto muy moderno y atractivo.

La inmensa mayoría de funciones del vehículo se aglutinan en una enorme pantalla táctil de 10 pulgadas, la cual solo cuenta con algunos accesos directos físicos para funciones muy concretas. El sistema de infoentretenimiento sufre de cierto lag con el coche recién arrancado, y se echan en falta controles físicos para regular la temperatura del climatizador. Con todo, en líneas generales su funcionamiento es fluido e intuitivo, mientras que los controles vocales permiten regular la temperatura o introducir direcciones en el navegador de forma rápida y sencilla.

Peugeot ha hecho un importante esfuerzo en el apartado de la calidad percibida: los materiales de la cabina son de buena calidad, con una plancha superior en plástico mullido e inserciones imitación de fibra de carbono gomosas al tacto. Los plásticos duros empleados en la zona baja del salpicadero y en las puertas tienen un aspecto correcto.

Las costuras vistas en color verde que adornan todo el habitáculo permiten aumentar la sensación de calidad, si bien el uso y abuso de plástico negro piano (un material sucio, que acumula polvo y sensible a rayarse con facilidad) en la consola central resulta contraproducente. En líneas generales los ajustes son correctos y el coche no presenta grillos ni piezas mal ensambladas.

La postura de conducción de los Peugeot con i-Cockpit requiere de cierto periodo de adaptación y no es para todo el mundo; sin embargo, alguien de estatura media como yo (1,75 metros) encuentra rápidamente reglajes cómodos para el volante (ajustable en altura y profundidad), el cual siempre queda en una posición algo baja para permitir la correcta visualización la instrumentación.

Aunque personalmente encontré el i-Cockpit cómodo, el Peugeot e-208 presenta ciertos fallos de ergonomía difícilmente pasables por alto: el cromado situado bajo la pantalla táctil refleja el sol con fuerza y no permite visualizar correctamente la información, cuando se adelanta el reposabrazos central el selector de modos de conducción queda parcialmente tapado, los elevalunas de las puertas delanteras están algo atrasados, y la guantera no dispone de luz. Con todo, tiene detalles interesantes como una trampilla con tapa y soporte para dejar nuestro smparthone en la consola central.

La habitabilidad en las plazas delanteras es correcta en todas sus cotas a pesar de la voluminosa consola central, mientras que los asientos deportivos con tapicería Malla/Alcántara de la versión GT son muy confortables a la vez que recogen bien el cuerpo. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de las plazas traseras, mucho más justas.

Para empezar, el acceso es algo complicado debido a lo estrechas que son las puertas traseras; una vez dentro, el espacio para las rodillas es correcto, pero la banqueta peca de ser muy corta y la altura resulta demasiado limitada. La anchura es suficiente para dos pasajeros e insuficiente para tres, algo agravado por la baja altura del techo en los laterales. El maletero es bastante pequeño, homologando apenas 265 litros.

Un chasis sobresaliente para un tren motriz polifacético

El Peugeot e-208 dispone de tres modos de conducción: Eco, que limita la potencia a apenas 82 cv (60 kW); Normal, con el que entrega 109 cv (80 kW); y Sport, gracias al cual llega a los 136 cv (100 kW) prometidos en ficha. El par es de 260 Nm máximos. El vehículo es capaz de hacer el 0 a 100 km/h en apenas 8,1 segundos, con una velocidad punta limitada a 150 km/h.

Uno de los puntos fuertes del e-208 es su brillante puesta a punto, con un chasis ágil a la par que confortable: el tren delantero es incisivo y permite llevar el coche exactamente por donde queramos, en carretera vira plano aún pesando más de 1.450 kg, y en líneas generales se muestra muy reactivo a la vez que mima a los ocupantes con una suspensión dotada de una capacidad de amortiguación muy elevada. La única nota discordante la da una trasera algo juguetona, que resta aplomo a un coche que por otro lado se muestra muy divertido.

En los modos Normal y sobre todo Eco el modelo no tiene una respuesta especialmente viva, algo que contrasta con su puesta a punto; sin embargo, en modo Sport libera todo su potencial, ofreciendo unas prestaciones que permiten pasar un buen rato al volante… siempre y cuando nos olvidemos del consumo, que se eleva drásticamente.

El vehículo dispone de un modo B que aumenta la retención de la frenada regenerativa, el cual es muy útil en ciudad (si bien no llega a frenar el coche lo suficiente como para practicar la conducción de un pedal) y en carreteras reviradas. Aunque la capacidad de frenada del coche es buena, no me ha convencido el tacto del pedal, muy poco progresivo (o frenaba poco o frenaba mucho, sin término medio).

Consumos muy variables

Dotado de una batería de 50 kWh brutos (45 kWh útiles) de capacidad, el Peugeot e-208 homologa una autonomía de 340 km bajo el ciclo WLTP. Durante nuestra prueba de autonomía en autopista la temperatura ambiente llegó a rozar los 40º C, algo que posiblemente afectó de forma sensible a los resultados obtenidos.

A 100 km/h constantes el coche consumió alrededor de 15,5 kWh a los 100 km, lo que nos daría una autonomía aproximada de 290 km. A 120 km/h el consumo se dispara a 20 kWh a los 100 km, reduciéndose la autonomía a 225 km. Como puede verse, estas cifras son bastante buenas; sin embargo, necesitan ser matizadas.

El consumo del Peugeot e-208 fluctúa mucho con el tipo de conducción, aumentando con los cambios de ritmo de forma más notable que en cualquier otro modelo que haya probado hasta el momento. Llaneando en modo Normal, a ritmo tranquilo, con el climatizador a 21º C y el modo B desactivado se consiguen los consumos anteriormente descritos; sin embargo, en cuanto nos descuidamos aumentan de forma muy notable, reduciendo la autonomía ostensiblemente.

En corriente alterna el coche puede acceder a una potencia máxima de 7,4 kW en carga monofásica (8 horas en recuperar el 100% de su autonomía) y de 11 kW en carga trifásica (5 horas y cuarto para recuperar el 100% de su autonomía). En corriente continua puede alcanzar los 100 kW (30 minutos para recuperar el 80% de la carga).

Precios y equipamiento del Peugeot e-208

Nuestro protagonista está disponible en cuatro acabados: Active, Allure, GT Line y GT, los cuales tienen un precio de configurador de 30.050 euros, 31.250 euros, 33.000 euros y 35.350 euros respectivamente. Sin embargo, su precio real de concesionario tras las ayudas del Plan MOVES es de 23.940 euros, 25.095 euros, 26.775 euros y 29.030 euros (tarifas de cochesyconcesionarios.com).

Todos los acabados tienen un amplio equipamiento de seguridad que incluye seis airbags (frontales, laterales delanteros y de cortina), ABS, ESP, detección de subinflado de los neumáticos, regulador/limitador de velocidad, el Pack Safety (reconocimiento de señales, detector de inatención del conductor, alerta por riesgo de colisión, frenada automática de emergencia con detección de peatones y mantenimiento de carril) e ISOFIX. El coche tiene 4 estrellas en los crash-test de EuroNCAP sobre 5 posibles.

El acabado Active incluye de serie una pantalla táctil de 7 pulgadas con función Mirror Screen, Apple CarPlay y Android Auto, 4 tomas USB, climatización manual, elevalunas manuales, volante de cuero, llantas de 16 pulgadas con tapacubos y retrovisores con reglaje eléctrico. El Allure añade sensores de aparcamiento traseros, elevalunas eléctricos, climatización automática, espejo interior electrocromo, arranque manos libres, llantas de aleación de 16 pulgadas y luces diurnas LED.

La variante GT Line incluye sensores de aparcamiento delanteros, cámara de marcha atrás, faros full LED, retrovisores abatibles eléctricamente, alumbrado de cortesía LED, iluminación ambiental, volante en cuero napa, instrumentación 3D de 10 pulgadas, cristales tintados y llantas de aleación de 17 pulgadas. El tope de gama GT suma a todo esto una pantalla táctil de 10 pulgadas, el Pack Drive Assist Plus (control de crucero adaptativo con función STOP&GO y Lane Possition Assist), apertura manos libres y tapicería Malla/Alcántara.

Entre las diferentes opciones disponibles podemos destacar la carga inalámbrica para smartphones (100 euros), el cargador a bordo de 11 kW (300 euros), el techo panorámico (1.000 euros) o el techo en color negro (300 euros). La gama de colores está compuesta por seis tonalidades distintas (amarillo, rojo, azul, blanco, gris y negro).

Conclusiones

El Peugeot e-208 es un coche eléctrico convincente en aspectos como el diseño, la calidad percibida y el comportamiento dinámico. Además, cuenta con un amplio equipamiento tecnológico, y su autonomía es más que suficiente para el día a día. Por otro lado, su precio se encuentra en la media respecto a otros modelos de prestaciones similares.

Sin embargo, tiene algunos puntos a mejorar: su habitabilidad trasera es limitada, sus prestaciones solo brillan en modo Sport, y su consumo es demasiado variable, algo que afecta a su autonomía real de forma notable. En definitiva, con sus luces y con sus sombras se presenta como una opción equilibrada para aquellos que busquen un coche eléctrico pequeño, llamativo y muy tecnológico.

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