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Las baterías de litio-ferrofosfato (LiFePO4) libres de cobalto alcanzarán este año los 210 Wh/kg. ¿Su punto de inflexión?

Aunque no es una tecnología nueva, las baterías de litio-ferrofosfato, o LFP para los amigos, han estado a la sombra de las baterías de litio convencionales como las formadas por níquel, cobalto y manganeso. Elementos que la convierten en muy competitivas en cuanto a densidad energética, pero muy costosas tanto en lo económico como en lo relacionado con la extracción de estos materiales. Pero ahora las LFP parece que han dado un importante paso adelante logrado un incremento lo suficientemente grande como para situarse como una alternativa económica y más duradera.

El fabricante chino Guoxuan, participado entre otros por el grupo Volkswagen, ha confirmado que su tecnología LFP ha logrado desarrollar unas celdas cilíndricas diseñadas para el uso en coches eléctricos y que han alcanzado los 180 Wh/kg en pack

Pero lo mejor es que los trabajos continúan a toda velocidad, y las expectativas son las de lograr llegar a los 210 Wh/kg este mismo año. Una cifra que supondrá un hito ya que supondrá que en celda estas baterías podrán ofrecer 190 Wh/kg. Un número que le situará muy cerca de las actuales celdas existentes en el mercado.

Con una proporción del proceso de celda a pack del 86%, esta se coloca también a la ligeramente por encima de las celdas Blade de BYD, que logran 138 Wh/kg y un 84.5% de celda a pack. Además el sistema de Guoxuan cuenta con un formado cilíndrico, que le permite contar con algunas ventajas, como el poder usar la tecnología de producción, empaquetado o refrigeración ya existentes sin necesidad de grandes cambios en las líneas y los vehículos actuales.

Una tecnología que no es una promesa de futuro y que ya está presente en modelos como el Wuling Hongguang MINI, desarrollado por SAIC y General Motors, que se ha convertido en el coche eléctrico más económico del mercado chino con un precio de 3.752 euros después de las ayudas públicas.

Una tecnología LFP que permitirá además de vehículos más económicos, también desarrollar coches con unas baterías mucho más duraderas. Se estima que las actuales baterías de litio-ferrofostafo podrían llegar a los 6.000 ciclos de carga y descarga, algo que en un vehículo con 300 km de autonomía reales supondría superar los 1.8 millones de kilómetros. Momento en el que la batería se tenga que retirar, sino que tendrá que ser usada en otras aplicaciones, como el almacenamiento estacionario.

Es muy posible que este tipo de baterías pasen a ofrecer una alternativa para los modelos de bajo coste y los más pequeños. Aquellos donde el margen sea muy pequeño y la autonomía necesaria no muy grande, y donde las celdas LFP podrá abrir grandes posibilidades en segmentos como los compactos y los urbanos, pero también en grandes vehículos como los autobuses y camiones eléctricos.

Una revolución silenciosa que como vemos ya está a las puertas de su arranque comercial.

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Fuente | PushEVS

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