Habitualmente cuando llega un nuevo coche eléctrico, este se compara con otros coches eléctricos a los que se indican como objetivo a batir. Pero la realidad es que los verdaderos rivales son los modelos con motor de combustión que ven como la oferta del enemigo no hace más que aumentar. Es el caso del Volkswagen ID.4, que ha sido catalogado por el fabricante alemán como un killer para algunos de los SUV con motor de combustión más populares.
Según Scott Keogh, director ejecutivo de Volkswagen en Estados Unidos, “el segmento de los SUV es el corazón del mercado de automóviles de EE. UU. En términos de ventas, son 4 millones de unidades al año, y unos 35 millones de unidades circulando por las carreteras en al actualidad. Modelos como el Toyota RAV4, el Honda CR-V, incluso nuestro Tiguan, un segmento donde no hay ningún modelo eléctrico allí«.
Si echamos un vistazo a los números de estos modelos, vemos como en 2019 el Toyota RAV4 matriculó en Estados Unidos un total de 448,071 unidades, mientras que el Honda CR-V llegó a las 384.168 unidades. Un segmento con otros modelos populares como el Nissan Rogue (Qashqai en Europa) con 350,477 matriculaciones, el Chevrolet Equinox (346,049) y el Ford Escape (241,388).
Una de las principales preocupaciones es que los eléctricos tienen un precio cada vez más competitivo. En el caso del Volkswagen ID.4 en Estados Unidos arrancará en su versión de lanzamiento en los 39.990 dólares, a los que los interesados podrán restar las ayudas públicas de 7.500 dólares del gobierno, lo que sin contar con las ayudas que ofrecen algunos estados, dejará el coste final en torno a los 32.400 dólares.
Unos precios de la versión de lanzamiento, y que corresponden con la variante intermedia con batería de 58 kWh, que además estará fabricada en Alemania. Un modelo que ya está preparando sus instalaciones de Chattanooga, Tennesse, de donde saldrá la variante americana a partir de 2022. Algo que se espera les permita reducir el coste del vehículo.
Por su parte el Toyota Rav4 más económico arranca en los 26.050 dólares. Cifra que se eleva hasta los 28.500 dólares de la versión híbrida más accesible. En caso de optar por la versión híbrida enchufable el coste se dispara hasta los 38.100 dólares.
Unas diferencias que no parecen demasiado grandes y que sin duda supondrá que muchos de los que estaban pensando en lanzarse a por un SUV de Toyota o de Honda, estén penando el replantear la operación y lanzarse a por un eléctrico como el ID.4 que sin duda golpeará uno de los segmentos más rentables para los fabricantes.
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Vía | Autonews
