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Este taxista lleva 100.000 km con su Tesla Model 3, y ahorra 400 euros al mes respecto a su Skoda diésel

Cuando se presentó el Tesla Model 3, son muchos los que pensaron que se trataba del primer coche eléctrico perfectamente adaptado para las labores de taxi. Era amplio, eficiente, bastante más económico que el Model S o X, con una autonomía bastante extensa, y sobre todo contaba con una red de Supercargadores que marcan la diferencia. Ahora un taxista ha compartido su experiencia después de 100.000 kilómetros a los mandos de una unidad del Model 3, y la compara con su anterior modelo diésel.

Este taxista tiene su base de operaciones en la localidad francesa de Le Havre, y después de conocer los primeros coches eléctricos, pensó que ese era el futuro. Así que en este tiempo no ha optado ni por modelos a gas ni por híbridos, manteniendo su Skoda Superb TDI hasta que por fin llegó al mercado el Tesla Model 3 Long Range. Después de 16 meses y 100.000 km, muestra una gran satisfacción con el coche y el servicio posventa.

Con el nuevo coche, este profesional ha tenido que acostumbrarse a una nueva rutina como es la de pasar regularmente por los cargadores para lograr tener la batería a un nivel lo más alto posible en cualquier momento. Y es que en este sector siempre hay imprevistos, como grandes desplazamientos en el momento menos pensado. Por eso ya tiene un ritual de recargar por las mañanas a tope, y luego aprovechar los momentos de descanso para volver a inyectar unos pocos kWh.

Una de las primeras diferencias que destaca respecto a su anterior modelo diésel, es que la conducción de un coche eléctrico es mucho más relajante. Nota que después de 10 horas al volante, llega a casa más descansado.

Por supuesto a esta tranquilidad ayuda la mejora de su economía a pesar de que el Model 3 no es un coche precisamente barato de comprar. Pero lo compensa con unos costes operativos inferiores que hace que el coste de propiedad sea menor que el Skoda Superb que tenía antes.

Teniendo en cuenta la financiación, el mantenimiento, el seguro del vehículo y el coste de carburantes y recargas, estima que se está ahorrando unos 400 euros al mes. El Tesla le cuesta 1.200 euros mensuales, frente a los 1.600 euros del Skoda. Algo que suponen 4.800 euros al año o 24.000 euros en cinco años.

Una cifra que es incluso pequeña si tenemos en cuenta que no se trata de un taxi que haga una barbaridad de kilómetros, ya que tiene una media de 75.000 kilómetros anuales.

Como curiosidad, podemos ver en el canal de este taxista (Texla) como ha comenzado circulando con los tapacubos colocados, pero ha terminado por retirarlos y circular con las llantas al aire. Algo que nos indica que el ahorro de las mismas es mínimo ya que incluso un profesional prefiere retirarlos.

Mientras que el comportamiento mecánico no suele ser el problema de los Tesla, algo muy importante para un taxista, si lo puede ser la cuestión del servicio postventa y las pequeñas reparaciones que todos los coches tienen. La diferencia es que con un modelo convencional el servicio técnico está a unos pocos kilómetros, mientras que para el suyo tiene que recorrer 175 km hasta el más cercano.

Pero este propietario ha tenido una unidad poco problemática, y eso a pesar de ser de las primeras en llegar al mercado. Sólo algunas reparaciones que no han supuesto pérdida de horas de trabajo más allá del comentado desplazamiento hasta el Servicio técnico. También ha echado mano de los Rangers. El servicio a domicilio que puede resolver una amplia variedad de problemas, aunque no todos.

Entre los imprevistos destaca un problema en el puerto de carga, que provocaba un fallo durante el proceso cuando superaba el 90% de capacidad. También un fallo en el sistema de apertura del maletero a los 50.000 km, así como el de los triángulos de la suspensión, que provoca un ruido al girar, así como el cambio del parabrisas por una pequeña rotura pero que obliga a pasar por el taller para calibrar las cámaras frontales.

Pero la conclusión general es que un elevado nivel de satisfacción con el servicio técnico, más allá de la distancia que le separa del mismo.

Ahora y aunque el coche está prácticamente nuevo, este propietario admite que ya está pensando en sustituirlo, y lo quiere hacer con el Tesla Model Y. Una alternativa que dice encaja mejor con su trabajo al ser algo más alto y tener un portón más grande. Algo que nos indica que el SUV de Tesla tendrá mucho tirón entre este tipo de profesionales.

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