Honda ha sido uno de los fabricantes que más tarde han llegado al mercado del coche eléctrico. Además lo ha hecho con una propuesta sin grandes expectativas de ventas que no se ha acompañado por un gran despliegue publicitario ni de capacidad de producción. En su lugar han apostado más por los modelos híbridos en una estrategia extendida por casi todas las marcas japonesas. Pero la dinámica del mercado está mostrando un fuerte crecimiento de ventas de los coches eléctricos, lo que está comenzando a preocupar a los responsables de la marca nipona.
El vicepresidente de Honda Europa, Ian Howells, ha realizado una llamamiento a gobiernos como el de Reino Unido para que cambie su actual formato de incentivos donde se beneficia de forma importante a los coches eléctricos puros.
El responsable de Honda pide un posicionamiento más neutral, para lograr que la reducción de emisiones se alcance mediante la amplia variedad de alternativas que existen en el mercado, eléctricos, híbridos y a hidrógeno, al mismo tiempo que se asegura la movilidad personal esté garantizada y sea además de eficaz, económica.
El Sr Howells reconoce que los coches eléctricos puros jugarán un «papel importante» en este enfoque con importantes beneficios para los consumidores, al mismo tiempo afirma que «no son una solución milagrosa».
“Los desafíos en torno a la reducción de precios, la infraestructura y las limitaciones tecnológicas significan que los gobiernos no puede depender únicamente de los vehículos eléctricos para reemplazar completamente los motores de combustión interna para el 2035. Un enfoque que se basa solo en coches eléctricos y caros corre el riesgo de convertir la conducción en un privilegio que solo se concede a los ricos, mientras que los que más lo necesitan se quedarán fuera”.
Para el directivo, el problema es que la paridad de precios entre coches eléctricos y de combustión no llegará hasta 2035. Incluso indica que en el caso de los modelos más costosos, como los SUV, la fecha será más tardía. Algo que extiende a una red de recarga que no está contando con el despliegue suficiente y que además está teniendo una implantación muy desigual por los territorios, creando grandes desigualdades entre regiones.
También ha azuzado el problema de la falta de materiales para la producción masiva de coches eléctricos, poniendo el dedo en elementos como el cobalto, además de indicar las limitaciones de prestaciones de los coches eléctricos al estar supeditada su autonomía a la instalación de grandes baterías que elevan el peso y los costes.
Vía | Autocar
