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¿Llega de nuevo tarde Mazda con su apuesta por el extensor de autonomía para sus coches eléctricos?

Durante la presentación del Mazda MX-30 híbrido, un modelo destinado de momento solo para el mercado de Japón, el presidente de la marca nipona ha confirmado de forma oficial que lanzarán en 2022 una versión eléctrica dotada de un extensor de autonomía. Un movimiento largamente esperado que supone una arriesgada apuesta en un mercado donde la dirección del resto de fabricantes ha sido la opuesta.

Y es que se trata de una opción que otras marcas han abandonado debido a varios factores que hacen de esta alternativa algo poco interesante, tanto desde el punto de vista económico, con unos costes muy elevados, a lo que se suma el incremento incesante de la densidad energética y bajada del precio de las baterías, y la expansión de las redes de recarga.

De momento Mazda no ha dado muchos detalles de esta propuesta y solo se ha indicado que su motor rotativo no tendrá turbo, y que contará con un solo rotor. También han dicho que ocupará el espacio de dos cajas de zapatos, por lo que no ocupará demasiado espacio.

Gracias a esta característica, el fabricante japonés podrá ofrecer la actual versión del MX-30, con sus 35.5 kWh brutos, 32 kWh útiles, que le permiten alcanzar una autonomía de 200 km bajo el ciclo WLTP, más lo que aporte el extensor.

Algo que sobre el papel podría ser interesante para los que busquen un modelo polivalente, capaz de completar grandes distancias sin preocuparse por la red de recarga. Pero la realidad con estas versiones suele ser diferente.

Y es que el problema para Mazda está principalmente en el tema económico. La actual versión no destaca precisamente por su ambicioso sistema eléctrico, que es digno de un vehículo lanzado hace cuatro o cinco años. Pero su precio si está actualizado ya que la versión más económica arranca en los 34.375 euros antes de ayudas o promociones.

Si tenemos en cuenta la referencia en su momento del BMW i3, que recordamos abandonó su versión REx al instalar la batería de 42 kWh, vemos que entre la BEV y la Rex había casi 5.000 euros de diferencia. Esto teniendo en cuenta que BMW usaba como extensor de autonomía un sencillo motor bicilíndrico de gasolina de 647 cc procedente de la división de motos, que como recordamos no era capaz de atender las necesidades de potencia del vehículo cuando la batería llegaba al 0%.

Por lo tanto Mazda tendrá que ofrecer un motor compacto, pero también con suficiente potencia, y que la configuración no dispare su precio para un año, 2022, donde la oferta de coches eléctricos de amplia autonomía y precios más razonables será muy superior a la actual, algo que se podrá extender en mayor o menor medida según la región a las redes de recarga pública.

¿Acertará Mazda con su apuesta?

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