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El final de las ventas de coches con motor de combustión en 2030, supondrá la creación de miles de puestos trabajo en Europa

Algunos mercados han decidido poner fecha final a la venta de nuevos coches con motor de combustión, incluyendo a los híbridos. Entre ellos está el Reino Unido, que se ha propuesto 2035 como fecha, y donde según el último informe de Greenpeace, adelantarlo a 2030 además de mejorar la calidad del aire y el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones, supondrá también la creación de decenas de miles de puestos de trabajo.

Según este informe, el poner como fecha límite 2030 incentivará la actividad económica en el ecosistema del coche eléctrico, y permitirá la creación durante el primer año de hasta 32.000 nuevos puestos de trabajo. Algo que tendrá como consecuencia un incremento del 0.2% del PIB y unas inversiones de unos 4.700 millones de euros.

El informe ha sido dirigido por la consultora Cambridge Econometrics, con el apoyo de Greenpeace Reino Unido, y utiliza el modelo de transporte del Departamento de Transporte y un modelo macroeconómico para evaluar el impacto de una transición más rápida hacía formas de movilidad eléctrica sobre el gasto de los consumidores, las emisiones, los ingresos públicos, la industria del automóvil y la economía en su conjunto.

Adelantar la prohibición de ventas de nuevos coches gasolina, diésel e híbridos de 2035 a 2030, una posibilidad que se está planteando dentro del gobierno que en breve votará su aprobación, crearía decenas de miles de puestos de trabajo en sectores como la producción de vehículos, baterías, el despliegue y mantenimiento de la red de carga, pero también en el sector energético, principalmente las energías renovables.

Un impacto económico que según el informe del que también se beneficiarán otros sectores, como la venta minorista, servicios, entretenimiento…

Y es que con la adopción de sistemas de transporte más eficiente, se mejorará el nivel de ahorro del consumidor, que tendrá más dinero para gastar en otros elementos y que hasta ahora destinaba a los carburantes y mantenimientos. Algo que beneficiará en general a la economía local.

Una situación que desde Greenpeace se indica necesita el impulso desde los gobiernos para lograr acelerar una transición que está siendo bastante más lenta y desigual de lo esperado entre los diferentes mercados europeos. Una región que se beneficiará de forma muy importante de la implantación de coche eléctrico tanto desde el punto de vista industrial como ambiental y económico.

Consumo eléctrico de los coches eléctricos bajo el escenario 2035 y escenario 2030

Con este informe, se pretende disipar el temor de algunos sobre la aceleración del final del motor de combustión, que no sólo no será un problema para Europa, sino que será un catalizador para la mejora de la economía y la reducción de la fuerte dependencia energética externa.

Una transformación que cuanto antes se complete, antes ofrecerá sus beneficios al viejo continente que tiene en sus manos convertirse en una referencia para el mundo en cuanto a implantación, pero también en cuanto a producción y exportación de vehículos y tecnologías asociadas que supondrán un pilar del futuro de la Unión.

Fuente | Greenpeace

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