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Finaliza la producción del e-Golf: Volkswagen se prepara para producir el ID.3 en la fábrica de Dresde

Después de seis años y más de 145.000 unidades vendidas, el Volkswagen e-Golf ha finalizado su producción, lo que supone un hito para el fabricante alemán que ahora centrará todos sus esfuerzos en la nueva generación. Un Golf eléctrico que se producía en la fábrica transparente de Dresde, que pasará a ensamblar el ID.3.

Ahora se abre un proceso de tres semanas en las que los operarios se afanarán en adaptar las instalaciones para antes de terminar enero, poder arrancar de nuevo las líneas de producción antes de acabar el próximo mes, de donde saldrá el sustituto del Golf y que se convertirá en la segunda planta preparada para producir los modelos bajo la plataforma MEB de Volkswagen.

Para Thomas Aehlig, presidente del comité de empresa de la fábrica de Dresde: “El inicio del montaje del ID.3 es una muy buena noticia para la plantilla y la recompensa por los muchos esfuerzos realizados en la transformación del sitio desde 2016. Así hemos logrado una seguridad laboral para los trabajadores, y una perspectiva futura positiva para la instalación«.

Como recordamos, el e-Golf se lanzó en 2014 y se fabricó en Wolfsburgo hasta el verano de 2020. En 2017, la fábrica de Dresde comenzó la producción en paralelo para satisfacer la gran demanda que parecía continuar incluso a pesar de la salida del nuevo ID.3.

Prueba: Volkswagen e-Golf. ¿Un coche eléctrico infravalorado?

En total se han producido 145.561 unidades entre las dos plantas en estos casi siete años. Un el e-Golf que a pesar de su veteranía y de ser superado por una competencia cada vez más capaz, se ha seguido manteniendo como uno de los coches eléctricos más populares de Europa, con grandes bastiones como Alemania o Noruega.

Queda ahora por ver su el ID.3 es capaz de cubrir este hueco. Y es que el e-Golf se ha mantenido como uno de los coches eléctricos más vendidos de Europa, y hasta octubre ocupaba la cuarta posición con 29.000 unidades.

Un reto para el nuevo modelo del que además dependerán no sólo las cifras de ventas, sino también la cuestión de las emisiones que en 2020 Volkswagen no logrará cumplir, lo que se traducirán en multas que podrían ser más altas incluso de lo estimado, ya que la diferencia entre los objetivos y las cifras hasta octubre ascendían al 7%, lo que coloca al fabricante alemán en la cola de los fabricantes solo por delante de FIAT y Daimler.

Un movimiento arriesgado que supondrá dejar de vender un modelo veterano, pero muy apreciado por los clientes, y cambiarlo por un ID.3 que todavía tiene que ganarse el favor del público. Algo que no tendrá fácil debido a su dubitativo inicio lastrado por los problemas de software que no parecen terminar de solucionar.

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