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La OCDE advierte de las otras emisiones invisibles que también tiene el coche eléctrico

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es una organización internacional que, según declara, «trabaja para construir mejores políticas para una vida mejor». En su último informe «Emisiones de partículas que no proceden de los escapes del transporte por carretera: un desafío de política ambiental ignorado«, pone en el punto de mira las emisiones de partículas nocivas que emiten los vehículos de todo tipo que no provienen del tubo de escape.

Estas emisiones invisibles para las personas y también para la mayoría de los estudios, son un desafío ignorado por la políticas ambientales de ciudades, regiones y naciones a nivel mundial.

Las emisiones de partículas que no proceden de los tubos de escape, constituyen una proporción poco conocida pero creciente de las emisiones del tráfico vial que tienen significativos impactos negativos en la salud pública.

Estas emisiones también atañen a los coches eléctricos (EV) puesto que, aunque su sistema de propulsión no utilice combustión alguna de combustibles fósiles, también participan como los coches, camiones, y demás medios de combustión interna (ICE) a la emisión de sustancias nocivas para el medioambiente.

Así están las cosas en la actualidad

Este informe sintetiza el estado actual de los conocimientos sobre la naturaleza de este asunto, las causas y las consecuencias de las emisiones de partículas que no provienen del escape.

También proyecta cómo las emisiones de micropartículas de material procedente de fuentes distintas de los gases de escape, pueden evolucionar en los próximos años y reflexiona sobre las combinaciones de instrumentos de política que pueden abordar este problema ambiental en gran medida ignorado.

La transición hacia una movilidad más limpia vendrá por el reemplazo de los automóviles diésel y gasolina (ICE) por vehículos eléctricos, eliminando las emisiones del tubo de escape, pero OCDE pone el dedo en la llaga de las emisiones problemáticas de otro tipo de partículas que no desaparecerán sino que, incluso, aumentarán.

En el estudio, la OCDE advierte de los peligros que las emisiones de PM provenientes del tráfico en las vías de ciudades y carreteras, podrían ser peores incluso para la salud que las de otras fuentes, como aquellas procedentes de la quema de carbón, porque se concentran en las zonas con mayor densidad de población donde existe la gran parte del tráfico tráfico.

«A nivel mundial, la exposición a las partículas ambientales se ha clasificado como el séptimo factor de riesgo más importante de mortalidad, causando un estimado de 4,2 millones de muertes prematuras en 2015».

OCDE

Más allá del problema del CO2 y NOx

No sólo las partículas de carbono son perjudiciales para la salud de las personas, «otros elementos, como el hierro, el cobre, el zinc y el azufre, también han mostrado asociaciones con los impactos en la salud, como el estrés oxidativo cardiopulmonar, la variabilidad de la frecuencia cardíaca y el daño tisular».

El cambio hacia una movilidad libre de emisiones de CO2 y NOx como la que traen consigo los vehículos eléctricos, no está exenta de peligros medioambientales y para la salud de la ciudadanía según el estudio. «La proporción de emisiones de partículas de fuentes no procedentes de los tubos de escape ha aumentado en los últimos años debido a las significativas reducciones de partículas de las emisiones de escape durante este período«.

Las proyecciones sobre California, el principal mercado de automóviles de los Estados Unidos, muestran la importancia de este problema. A pesar de que el estado norteamericano es más limpio, en lo que a emisiones de los escapes de PM 2.5 se refiere, respecto a Europa por los pocos coches diésel en circulación.

El peso como factor determinante de las emisiones

Hay otros estudios que indican como uno de los aspectos que afecta al coche eléctrico en comparación a uno de combustión interna, en este tipo de emisiones no procedentes de los escapes, arroja un dato sorprendente. El mayor peso de un VE respecto a un ICE de similar tamaño y características provoca que este tipo de emisiones sea mayor, puesto que el desgaste de la carretera y los neumáticos es directamente proporcional al peso del vehículo.

Por el contrario, el informe de la OCDE desmiente, en parte, esta hipótesis por el motivo de que los coches eléctricos al usar la frenada regenerativa disminuyen el desgaste de frenos y otros elementos contribuyendo a la disminución de las emisiones PM, aunque aquí el tamaño y peso del vehículo es determinante.

«Se estima que los vehículos eléctricos emiten un 5-19% menos de PM10 de fuentes no de escape por kilómetro que los vehículos de motor de combustión interna (ICE) en todas las clases de vehículos. Sin embargo, los vehículos eléctricos no emiten necesariamente menos PM2,5 que los ICE. Aunque los vehículos eléctricos ligeros emiten un estimado de 11 a un 13 % menos de PM2,5 que los equivalentes de ICE, los vehículos eléctricos de peso más pesado emiten un estimado de un 3 de un 8 % más de PM2,5 que los ICE»

Un fenómeno poco estudiado

Cada vez que frenamos y arrancamos en un astado, o ante un paso de cebra elevado, un badén, o ante innumerables bandas transversales conocidas vulgarmente como «guardias tumbados», que han crecido como setas a lo largo y ancho de la geografía nacional, se disparan las emisiones procedentes del desgaste de pastillas de frenos, discos, rozamiento del neumático con el asfalto, que son altamente nocivas para la salud como muestra el informe de la OCDE.

Hoy en día existen sistemas de control de la velocidad más eficientes que podrían reducir significativamente las emisiones de este enemigo invisible de la salud. Pero los atascos siguen existiendo y siendo un problema independientemente de que los protagonicen coches eléctricos o endotérmicos.

A pesar de que no hay muchos estudios sobre la materia en concreto, el informe de la OCDE tiene una especial relevancia, al poner el centro de atención en el total de las emisiones que genera el tráfico rodado.

Una movilidad sostenible es un asunto altamente complejo donde entran muchos factores en juego, la reducción de las emisiones de los motores de combustión interna es sólo un primer paso, el reto que la sociedad tiene por delante es aún mayor.

Fuente | OCDE

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