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Ni red de carga ni supercargadores. Cuando la longitud del cable es la clave para cargar el coche eléctrico

El debate sobre la red de carga de vehículos eléctricos es largo y extenso, lleno de opiniones de todo tipo con alternativas enfrentadas en muchas ocasiones. La infraestructura de recarga de la movilidad cero emisiones es un elemento indispensable para que el coche eléctrico se convierta en un producto de masas.

Si una nación no cuenta con una red capilar, fiable y potente, de recarga de baterías no podrá sumarse al tren de las descarbonización de una de las fuentes que más emisiones nocivas genera diariamente, como es el transporte.

Las últimas noticias acerca de la apertura, en mayor o menor medida, de la red de supercargadores de Tesla a vehículos de otras marcas, ha encendido los comentarios de este y otros foros, con opiniones de todo tipo.

En las redes sociales también se han hecho eco de la que supondría la apertura de la que es, hoy por hoy, la mayor red de carga en Estados Unidos y Europa, que está experimentando un espectacular crecimiento en China y otras naciones y continentes.

El drama de la manguera que no llega

La cuenta de Twitter @TeslaParaTodos ha realizado una observación en un tuit que coincide con la experiencia, negativa, de muchos usuarios de coches eléctricos que no han podido cargar sus vehículos no por falta de puntos de recarga, sino por algo tan simple y elemental como no lograr conectar la toma de carga de la manguera con el puerto de coche, como consecuencia de una longitud inadecuada de la primera.

No es la primera vez que cuando se llega a un punto de recarga no es posible conectar el vehículo a la toma CCS-Combo (el estándar utilizado para la carga rápida y ultrarrápida), para efectuar una carga de la batería simplemente porque el cable no llega.

En ocasiones, como en el punto de carga público operado por Repsol de la Calle Fernández de los Ríos en Madrid, la recarga no es posible porque, simplemente, la longitud de la manguera no es suficiente por lo que no hay forma de conectar la toma del cargador con la del coche, en la mayoría de los casos.

Este caso concreto, sirve de ejemplo gráfico de una situación generalizada que es más frecuente de lo normal. Situaciones como esta que nos sirve de ilustración limita y frustra al usuario que ve como no puede proceder a la recarga de su automóvil.

Punto de recarga IBIL-Repsol Fernández de los Ríos, Madrid. Foto por Ivan Martin y Ladera

Múltiples factores impiden la carga

La mala configuración de las plazas, la escasa longitud de la manguera de carga del poste, el sentido de la calle, el tipo de estacionamiento (en línea o en batería) y hasta el número de carriles de la calle, determina la posibilidad de cargar. Antes incluso de verificar si el punto de recarga funciona correctamente.

Siguiendo con el ejemplo gráfico de la madrileña calle, al estacionar incluso un vehículo urbano como un Smart fortwo eléctrico (con toma en la parte trasera derecha), un vehículo pequeño donde los haya.

Si se pretende posicionar el coche de forma que el cable del punto de recarga llegue a la toma, es físicamente imposible bajarse del vehículo porque la puerta del conductor choca contra la columna del cargador, impidiendo al conductor bajarse del coche.

De hecho, el caso del Smart es extrapolable a cualquier vehículo que no tenga una toma de carga en el lado izquierdo, tampoco tendrán más suerte aquellos coches eléctricos con puerto de carag en la parte frontal.

En Electromaps, hay usuarios que declaran haber tenido que aparcar su coche en sentido contrario (maniobra peligrosa que puede provocar una infracción bastante grave), para poder cargar en este punto específico.

Continuando con el ejemplo, que nos sirve para ilustrar el problema, advertimos que la maniobra no es fácil puesto que la calle Fernández de los Ríos es de sentido único y cuenta con un sólo carril de circulación.

La situación la resumen los propios propietarios de la aplicación crowdsourcing que deja claro cómo esta terrible falta de previsión a la hora de instalar el punto de carga, sigue causando perjuicios a los usuarios desde el día que se instaló hasta la actualidad.

Cometarios Electromaps Punto de carga calle Fernández de los Ríos, Madrid

Otro ejemplo de esto, es el punto de carga del propio Ayuntamiento de Madrid en la plaza de Colón, que obliga a todos aquellos coches con toma en la parte trasera izquierda del vehículo a realizar una maniobra que ponga el automóvil en dirección contraria para poder conectar la manguera y recargar la batería.

No basta con plantar un punto de recarga

La normativas de los Ayuntamientos, las actuaciones de las empresas instaladoras y gestoras, no siempre recogen adecuadamente las circunstancias y requisitos de las necesidades que requieren los coches eléctricos.

Cada fabricante, como ocurre con las bocas de llenado de los depósitos de combustible, sitúales las tomas de recarga donde quiere. Unos optan por la trasera izquierda (como en todos los Tesla, Hyundai Ioniq, etc.), otros prefieren la toma frontal (Honda E, Hyundai Kona, MG, etc.), mientras que algunos sitúan el puerto de carga en la aleta trasera derecha (Smart). También existen tomas de recarga junto al paso de rueda delantero derecho o izquierdo (Audi E-Tron, Jaguar I-Pace, Etc.).

Las diferentes ubicaciones de los puertos de carga de cada coche determinan la posibilidad de conectar la manguera de carga de punto de carga, que al no estar pensadas por longitud a las diferentes variables de cada vehículo, determinan que se pueda o no cargar en función de si la plaza de aparcamiento está en batería perpendicular a la acera o en diagonal, si la vía es de un sentido o dos, o si el estacionamiento permite aparcar de forma que se pueda conectar el coche con el cable disponible.

El apunte de Tesla Para Todos, respecto a la capacidad de cualquier coche de cargar en la red de Tesla representa una muestra más de la situación actual que es, en muchas ocasiones, fruto del desconocimiento de los reguladores que no contemplan estos escenarios a la hora de establecer las normativas y arquitectura de los puntos de recarga públicos en las ciudades.

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