En Estados Unidos, el coche más vendido desde hace décadas es una pick-up: la Ford F-150. Esta enorme camioneta lleva casi cuarenta años liderando con firmeza su mercado natal, y la marca del óvalo no tiene previsto claudicar en la nueva era de la electromovilidad frente a rivales como la Tesla Cybertruck, por lo que ya está preparando una variante eléctrica de su histórico modelo.
El mercado europeo es sin embargo radicalmente diferente al estadounidense. Aquí los modelos más vendidos no son excesivas pick-up de más de 5,5 metros de largo, sino pequeños hatchbacks que se adaptan a la perfección a las ciudades del viejo continente. El mejor ejemplo lo encontramos en el líder en ventas europeo desde hace décadas: el Volkswagen Golf.
Este compacto del segmento C se mantiene impasible al paso del tiempo y continúa cosechando éxitos 46 años después de su lanzamiento. Sin embargo, la versión eléctrica del «rey de Europa», el e-Golf, no ha logrado el éxito esperado frente a competidores como el Renault ZOE. Por ello, Volkswagen ha lanzado un modelo completamente nuevo: el ID.3.
Mientras que el e-Golf era un simple derivado eléctrico del Golf VII, el ID.3 no tiene nada que ver con el actual Golf VIII: mientras que el modelo térmico se asienta sobre la plataforma multienergía MQB, el eléctrico lo hace sobre la MEB, especialmente diseñada para este tipo de automóviles. Gracias a ello, el ID.3 explota al máximo las ventajas de su concepción 100% eléctrica en aspectos como la configuración mecánica (tiene el motor en el eje trasero) o el aprovechamiento del espacio interior, digno de un vehículo de categoría superior.
Sobre el papel, el ID.3 debería ser un digno sustituto del Golf, pues sigue una receta muy similar. Ambos tienen unas dimensiones parecidas, una cuidada puesta a punto y un largo listado de equipamiento opcional que permite a ambos adaptarse a los gustos de un amplio espectro de clientes. Además, tras las ayudas estatales presentes en la mayoría de países europeos sus precios de partida no distan demasiado entre sí.
Por lo tanto, el ID.3 tiene los ingredientes necesarios para encandilar a un público enamorado del Golf. Además, frente a otros rivales eléctricos de tamaño similar, ofrece una amplia gama que cubre desde versiones asequibles (ID.3 Pure) hasta variantes de autonomía similar a modelos de categoría superior como el Tesla Model 3 Long Range (ID.3 Pro S).
¿Las dos grandes dudas? Su peculiar estética no es tan atemporal como la del sobrio Golf, y su interior, aún estando igual de bien ensamblado, no tiene un aspecto tan refinado. ¿Serán los argumentos del ID.3 suficientes para convencer a los clientes? En 2021, que será su primer año completo a la venta, saldremos de dudas y comprobaremos cómo se desenvuelve frente a pesos pesados como los antes mencionados Renault ZOE y Tesla Model 3.
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