Según el medio especializado en economía Bloomberg, la startup de vehículos eléctricos Rivian podría alcanzar una valoración de 25.000 millones de dólares tras su próxima ronda de financiación. En febrero de 2019 Rivian ya recibió una ronda de financiación de 700 millones de dólares liderada por Amazon, a la que se sumaría un par de meses después otra de Ford valorada en 500 millones de dólares.
Cox Automotive también invirtió 350 millones de dólares en septiembre de dicho año, mientras que ese mismo diciembre Rivian logró una enorme ronda de financiación de 1.300 millones de dólares. En 2020 la compañía logró recaudar otros 2.500 millones de dólares tanto de sus inversores previos como de T. Rowe Price, que también tiene acciones de Tesla.
En total, la firma ha recaudado más de 5.000 millones de dólares en apenas dos años, a los que habría que sumar una inminente nueva ronda. «Varios inversores de Rivian participarán en la ronda, que recaudará varios miles de millones de dólares». Por el momento se desconoce el valor exacto que buscaría conseguir la joven empresa estadounidense.
Los informes señalan que tras esta nueva ronda, el valor de Rivian llegaría a los 25.000 millones de dólares, una cifra elevadísima para una compañía que en realidad todavía no ha entregado ningún vehículo (el lanzamiento de su primer modelo, la esperada pick-up eléctrica R1T, se producirá este mismo año; además, a corto plazo le seguirá el SUV R1S).
Podemos comparar estos números con los de Ford, uno de sus principales inversores, que actualmente tiene una valoración de 33.000 millones de dólares. Si bien por el momento Rivian se ciñe al capital de riesgo y no ha salido a bolsa, no sería de extrañar que lo hiciera en el futuro, momento en el que la participación de Ford podría llegar a valer más que su propia capitalización de mercado.
Las expectativas levantadas alrededor de Rivian no solo se deben a la ambición de los antes mencionados R1T y R1S, sino también a su acuerdo con Amazon para suministrar 100.000 unidades de una furgoneta de reparto eléctrica de última generación a lo largo de la década, contrato que ha reforzado notablemente la confianza en la startup.
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