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El nuevo Tesla Model S se deja ver con nuevas cámaras laterales de gran tamaño (Fotos)

A la espera de que lleguen a las manos de los futuros propietarios la renovada gama del buque insignia de Tesla, el Model S, desde Estados Unidos nos llegan imágenes de los prototipos y unidades de prueba que realizan los últimos ajustes antes de que despegue la producción de la renovada berlina.

Uno de los aspectos de una unidad cazada en California que más está llamando la atención es el gran tamaño de las cámaras laterales montadas sobre las dos aletas delanteras.

Este nuevo formato, ha creado bastante debate en los foros estadounidenses que se preguntan por el tipo de cámaras pueden albergar los prominentes soportes laterales.

¿Nuevo hardware o una solución a un problema?

Pese a que muchos usuarios en redes sociales y foros han especulado con nuevas cámaras más avanzadas, respecto a las instaladas en los Model 3 e Y, que supongan un avance para los sistemas de conducción autónoma de Tesla su FSD, la verdad es que la explicación podría ser más sencilla.

Los nuevos Tesla Model S y especialmente la versión más exagerada jamás construida por Tesla, a la espera de la llegada del Roadster 2.0, ha visto incrementarse notablemente su anchura posterior.

El motivo de las nuevas dimensiones que han cambiado también la silueta de la parte final posterior y lateral de la berlina, es el ensanchamiento del tren trasero que ahora aboga no uno, sino dos motores en el eje posterior.

Todo este despliegue tecnológico para conseguir la prestación pura y ponerle las cosas difíciles a Porsche y resto de competencia, puede haber provocado que los soportes delanteros de las cámaras laterales no permitan ‘sortear’ el incremento de anchura de la parte posterior.

Por este motivo, y para garantizar el campo de visión correcto de una cámaras encargadas de vigilar el ángulo muerto del coche eléctrico, hace imprescindible que estas sobresalgan más de lo deseado respecto del plano de la aleta delantera.

La navaja de Ockham

Aunque parezca asombroso para coches de alta gama como el Model S, Tesla no usa rádares en las esquinas de los parachoques traseros, como los que equipan Hyundai y muchas otras marcas, para controlar el ángulo muerto con total fiabilidad, o las maniobras de marcha atrás, donde la supervisión del tráfico lateral es imprescindible.

Pese a ser sistemas de bajo coste hoy en día, Tesla trata de suplantar estos equipos con su tecnología de visión, que en el caso de ángulos muertos y control de tráfico marcha atrás, dejan mucho que desear y no ofrecen la misma seguridad al conductor que los sistemas tradicionales.

Las pruebas realizadas por FCE a bordo de un Tesla Model 3 y un Hyundai Kona eléctrico puesieron de manifiesto la superioridad en este apartado concreto de los sistemas de control de ángulo muerto tradicionales, frente a la alternativa de Tesla.

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