China tiene ambiciosos planes para descarbonizar su nación para 2050 y para ello necesita dotarse de nuevas fuentes de energía que ayuden a rebajar la dependencia energética de los combustibles fósiles y fuentes contaminantes. Tras la presa de las Tres Garganatas llega un nuevo reto tres veces mayor.
La nueva megapresa que el Gobierno de la República Popular China planea levantar en el condado tibetano de Medog, atraviesa el río Brahmaputra momentos antes de que esta vía navegable salga del Himalaya y fluya hacia la India, aprovechando el cañón más largo y profundo del mundo que posee una altitud de más de 1.500 metros.
Este proyecto añade nuevas tensiones a las difíciles relaciones entre India y China que en la actualidad no pasan por sus mejores momentos.
Tres veces más grande que la más grande
La presa de las Tres Gargantas es hoy en día la mayor planta eléctrica del mundo con una producción de 300 mil millones de kilovatios de electrizad al año. El nuevo proyecto multiplicará por tres esta producción.
Esta iniciativa está levantando ampollas a nivel internacional y múltiples críticas políticas y ambientales de diferentes países.
En declaraciones recogidas por AFP, Brian Eyler, director del programa de energía, agua y sostenibilidad del Stimson Center, un centro de estudios estadounidense, indica que «construir una presa del tamaño de la súper represa es probablemente una muy mala idea por muchas razones«.
La rivalidad entre Estados Unidos y China se extiende también al terreno ambiental y estratégico, que aprovechan la tensión entre india y China para conseguir nuevos aliados en la guerra comercial.
La construcción de la presa corre el riesgo de provocar una fuerte oposición por parte de los ecologistas, así como de despertar el temor de la vecina India acerca del acceso sobre el recurso natural más esencial.
Desde Nueva Delhi hay una gran preocupación por este proyecto alegando los problemas de actividad sísmica que existen en la zona de debe albergar la megapresa.
La necesidad de fuentes de energía limpias y alternativas al carbón y otras formas de producción altamente contaminantes está impulsando a diferentes naciones a emprender todo tipo de proyectos para alcanzar a descarbonización de sus economías.
