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Alemania quiere que las estaciones pongan los precios de la recarga de coches eléctricos y de combustión a los 100 km

Según se expanden las redes de recarga para coches eléctricos, estas cada vez tiene más presencia en lugares como las estaciones de servicio tradicionales. Espacios donde comparten espacio con el repostaje de coches diésel y gasolina y que ahora serán espacio de una controvertida norma que va a sacar adelante el gobierno alemán.

El parlamento ha iniciado una enmienda a la Ley de etiquetado de consumo de energía (EnVKG), que establece que a partir del 1 de octubre se deberá publicar una comparación de los costes cada 100 kilómetros de los diferentes tipos de propulsión en todas las estaciones de servicio con más de seis surtidores.

De esa forma si esta nueva iniciativa sale finalmente adelante, las estaciones deberán mostrar de forma pública el coste de un trayecto de 100 kilómetros tanto usando gasolina súper, gasolina E10, diésel, electricidad, hidrógeno, GLP y gas natural.

Cada trimestre el Ministerio Federal de Economía se encargará de determinar los datos de una medida que se ha encontrado con la oposición de casi todos los sectores.

Desde la asociación de productores de combustibles indican que esta iniciativa no representa un beneficio para lograr mejorar la transparencia de cara a los clientes, ni tampoco supone una apuesta por la reducción de la contaminación. Una medida que catalogan de bastante cuestionable.

La asociación indica que la información sobre el consumo cada 100 km es muy variable frente a cuestiones como el estilo de conducción y la climatología. Algo que limitará mucho el potencial de ofrecer información fiable al consumidor.

Por su parte desde la Asociación Federal de Gestión de la Energía (BDEW), en la que están organizados muchos operadores de estaciones de carga, también critican este nuevo formato, poniendo sobre la mesa que la idea puede parecer buena, pero la realidad es que la presentación de los costes de la energía no crea ninguna transparencia real, particularmente en lo que respecta a la comparabilidad de los coches eléctricos y los dotados de un sistema de combustión. Algo que podría llegar a provocar incluso «falsas expectativas entre los consumidores».

Por ejemplo, indican que el consumo de un coche en ciudad y en autovía a alta velocidad es muy diferente. Por lo tanto abogan de seguir con este modelo, que se ofrezca a los clientes toda la información utilizada para alcanzar el cálculo a mostrar.

Y es que la medida se enfrenta también a retos como la diferencia de consumo entre los propios vehículos, lo que puede dar un resultado distorsionado que haga que muchos usuarios no den el salto a las nuevas formas de movilidad sostenible. También muy importante que el precio de una recarga pública suele ser muy superior al precio de la recarga doméstica. Algo que puede confundir de nuevo a muchos clientes que no estén al tanto de la situación real de las tarifas.

Una normativa europea que tendrá en Alemania uno de los primeros mercados en poner en marcha este polémico sistema.

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Vía | Welt

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