Como muchos de nuestros lectores ya sabrán, el próximo 1 de junio entrará en vigor una importante reforma de la tarifa eléctrica que afectará de lleno a los hábitos de consumo de la ciudadanía: las tarifas reguladas para un uso doméstico (PVPC) pasarán de las seis actuales a solamente una, simplificación que sobre el papel debería permitir a los usuarios controlar mejor su consumo.
Hasta el momento, podíamos encontrar tres tipos de tarifas para potencias de menos de 10 kW: 2.0A (precio fijo), 2.0DHA (discriminación horaria con dos periodos) y 2.0DHS (discriminación horaria con tres periodos). Las tarifas tienen una distribución idéntica para potencias de entre 10 kW y 15 kW: 2.1A (precio fijo), 2.1DHA (discriminación horaria con dos periodos) y 2.1DHS (discriminación horaria con tres periodos).
En las tarifas con dos periodos nos encontramos con las horas «puntas» (12:00 a 22:00) y «valle» (22:00 a 12:00), mientras que en las de tres periodos podemos distinguir las horas «puntas» (13:00 a 23:00), las «valle» (23:00 a 1:00 y 7:00 a 13:00) y las «supervalle» (1:00 a 7:00). Las horas «puntas» son las más caras (debido a que son los periodos de mayor demanda), mientras que las «supervalle» las más baratas (debido a que son los periodos de menor demanda).
A partir del 1 de junio todas estas tarifas desaparecerán en favor de la nueva 2.0TD, que tendrá una discriminación horaria de tres periodos: «punta» (lunes a viernes de 10:00 a 14:00 y de 18:00 a 22:00), «llano» (lunes a viernes de 8:00 a 10:00, de 14:00 a 18:00 y de 22:00 a 00:00) y «valle» (lunes a viernes de 00:00 a 8:00, así como las 24 horas del día todos los fines de semana y festivos nacionales).
El objetivo principal con esta nueva tarifa es aplanar la curva de consumo, «penalizando» las horas de mayor demanda y haciendo más atractivas el resto. Esto debería mejorar la estabilidad de la red eléctrica, que estará mejor aprovechada; además, permitirá incrementar la cuota de renovables, que no suelen adaptarse bien a los picos de demanda.
Una modificación interesante que introduce la nueva tarifa 2.0TD es la posibilidad de elegir un término de potencia diferente para cada tramo horario. Hasta ahora se pagaba un peaje de 38,043426 euros anuales por kW. Ahora existirán dos términos de potencia: «punta» (30,88 euros anuales por kW) y «valle» (1,44 euros anuales por kW).
Como puede verse, el término de potencia será notablemente más bajo; sin embargo, los peajes por kWh consumido aumentarán respecto a las anteriores tarifas: el precio en «punta» será de 13,6 céntimos/kWh, en «llano» de 4,2 céntimos/kWh y en «valle» de 0,6 céntimos/kWh. A estos peajes habría que sumar el precio de la propia electricidad e impuestos. En la práctica, aquellos que tuvieran una tarifa sin discriminación horaria no notarán demasiados cambios en el coste de la electricidad, mientras que aquellos que sí la tuvieran verán subir ligeramente su factura.
¿Cómo afectará esta nueva tarifa a los usuarios de coches eléctricos? Para empezar, que se establezca por defecto un periodo «valle» permitirá que los propietarios puedan cargar sus vehículos por la noche y los fines de semana de forma más asequible sin necesidad de cambiarse a otra tarifa como ocurría hasta ahora. Dicho de otra forma, la nueva tarifa está diseñada para un futuro en el que los coches eléctricos serán la norma.
Por otro lado, que se permita elegir dos términos de potencia distintos posibilitará que aquellos que lo deseen puedan contratar una mayor potencia durante las horas «valle», cargando así sus automóviles de forma más rápida sin tener que realizar un desembolso superior como ocurría hasta ahora con las antiguas tarifas.
Agradecimientos a José Ángel por su inestimable ayuda a la hora de redactar este artículo.
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