La reducción de la autonomía anunciada por Tesla inicialmente para su renovada gama de lujo encabezada por la berlina Model S, es consecuencia directa de un repentino cambio de criterio y también de la disminución de la capacidad da la batería.
En una época donde cada nuevo modelo supone un incremento de la capacidad de su batería, Tesla, que se las ve y las desea para fabricar y adquirir baterías con las que satisfacer la creciente demanda de sus vehículos, ha decidido reducir los kWh de su berlina de representación.
La llegada del Tesla Semi, los problemas para arrancar la fabricación en Europa, el próximo inicio de la producción de la Cybertruck y la demanda global del Model Y, que arrancará en breve su producción en Texas, plantea a Tesla un problema mayor que la crisis de chips que sufre la industria automotriz.
Tesla confirma
Pese a que los nuevos Tesla Model S han aumentado su autonomía respecto a la vieja gama, esto no se ha conseguido a base de aumentar los kWh disponibles en la batería, como hacen muchos otros fabricantes con menos experiencia en el coche eléctrico.
El nuevo Model S es mucho más que un renovado interior y cuatro cambios estéticos en el exterior. La parte mecánica ha sufrido una transformación que abre un nuevo rumbo para Tesla que ahora afina su eficiencia gracias a un récord de aerodinámica y unos motores eléctricos de nueva generación.
La nueva batería de 450 voltios del Model S ha sufrido una merma en su capacidad que no penaliza la autonomía de la berlina. Esto permite a Tesla mantener cifras elevadas de alcance a la vez que se ahorra unas celdas extras por unidad que puede emplear en otros campos como el almacenamiento de energía.
La diferencia es pequeña en términos de almacenamiento puesto que se estima en 4 kWh.
La batería del Model S
La nueva batería del Tesla Model S es de iones de litio y cuenta con un sistema mejorado de gestión térmica por líquido. El pack de baterías tiene un voltaje nominal de 450 V CC.
La temperatura máxima recomendada para el uso de la batería del Model S recomendada por el fabricante es de 65ºC. En cuanto a los climas fríos, Tesla aconseja oficialmente no usarla por debajo de los -30ºC durante más de 24 horas continuas.
Otra de las principales novedades del Model S es su sistema de refrigeración que ahora cuenta con un radiador de grandes dimensiones, que permite refrigerar suficientemente las baterías de la berlina para poder exprimir al máximo, y durante más tiempo, los más de 1.000 CV que ofrecen sus tres motores encapsulados en carbono.
