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CATL confirma el desarrollo de una económica batería de sodio que llegará al mercado en 2023

La carrera por desarrollar mejores baterías no sólo supone buscar mayores densidades energéticas, sino también diversificar los materiales de producción además de mejorar aspectos como el precio y la sostenibilidad. Aspectos que cumple el anuncio de la china CATL, que ha confirmado el desarrollo de sus primeras baterías de sodio.

Este tipo de baterías tienen una densidad energética entre un 20 y un 30% más baja que las de iones de litio, siendo el diseño de CATL de 160 Wh/kg, aunque ya apuntan a una segunda generación con 200 Wh/kg. Una cifra que permite mejorar de forma sustancial las cifras logradas hasta ahora pero que se quedan por debajo de las celdas de níquel, cobalto y manganeso, y muy cerca de las de litio-ferrofosfato (LFP).

Pero a cambio, son mucho más baratas ya que se basan en el sexto elemento más abundante de la tierra, el sodio, que permite poner en marcha una tecnología con grandes posibilidades gracias a factores como su mejor rendimiento a bajas temperaturas, y su compatibilidad con las recargas ultrarrápidas.

Un avance que beneficiará de forma importante a China, que cuenta con grandes reservas de litio, pero de muy baja calidad. Algo que hace que los sistemas de sodio ganen puntos como alternativa en sectores como la automoción, pero también en soluciones de almacenamiento estacionario en zonas remotas y con temperaturas extremas.

CATL bateria sodio

Según CATL, la capacidad de retención de estas celdas les permiten que a 20 grados bajo cero, puedan lograr una tasa de retención de más del 90%. Todo con una química más estable que las de litio, que le permiten acceder a elevadas potencias de carga y descarga, que según el fabricante chino, permitirá a un vehículo dotado de estas celdas recuperar el 80% de su carga en 15 minutos.

CATL también ha confirmado que este desarrollo es incluso compatible con las actuales baterías de litio. Una integración del sistema de baterías litio-sodio que consiste en mezclar y combinar baterías de iones de sodio y baterías de iones de litio en una cierta proporción. Todo controlado a través de un algoritmo en el BMS. Una solución que indica permitiría compensar la baja densidad energética de los sistemas de sodio, y de paso mejorar a los sistemas de iones de litio con sus ventajas en aspectos como su elevada potencia y rendimiento a bajas temperaturas.

Por supuesto como siempre en estos casos faltan muchos datos por mostrar. Por ejemplo, su vida útil. CATL no indica cuántos ciclos de carga y descarga son capaces de aguantar un tipo de baterías que históricamente mostraban en este aspecto una de sus principales debilidades. Algo que tendrá que ser solucionado por CATL si quieren que en 2023, fecha del inicio de la producción en masa, el producto final sea viable.

Una fecha que desde el punto de vista industrial es totalmente factible, ya que según la compañía asiática la producción de baterías de sodio no diferirá de las actuales de litio. Algo que permitirá aprovechar las líneas de producción en marcha, lo que supone un ahorro de tiempo y económico.

Una alternativa muy interesante que nos permite diversificar las fuentes de producción de baterías que caminan en una dirección cada vez más sostenible en los materiales que la componen, como en su capacidad de reutilización y reciclaje.

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Fuente | CATL

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