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El Gobierno de Estados Unidos pide a los fabricantes del «Big Three» electrificarse al 40% para 2030

Los vehiculos de combustión interna se acercan sin duda a su final como motorizadores del ser humano. Ese proceso ya ha comenzado y estará muy avanzado a mediados de siglo. Antes de que los consumidores les demos la espalda, gobiernos y fabricantes los irán abandonando en las principales potencias industrializadas.

En la Unión Europea ya tenemos claros ciertos objetivos, a partir de 2035 no se podrán hacer nuevas matriculaciones de vehículos con emisiones de carbono, lo cual incluye a los híbridos. Lo mismo pasará en el Estado de California, el más avanzado de EEUU en materia medioambiental.

En el resto del país no está tan claro. Actualmente la Administración Biden está detrás de los principales fabricantes, Ford, General Motors y Stellantis, para que se comprometan a que el 40% de sus ventas para el 2030 serán de vehículos eléctricos, informa Reuters. Esto, en parte, ya está muy avanzado, pero con matices.

General Motors se comprometió a solo tener vehículos ligeros eléctricos a partir de 2035, los pesados van después. Ford, por su parte, se marcó como objetivo que el 40% de sus ventas globales sean totalmente eléctricas para 2040. En cuanto a Stellantis, planea un objetivo más laxo, el 40% de vehículos estadounidenses en 2030 serán de bajas emisiones -que no cero emisiones-.

Mientras tanto, los fabricantes tienen que ir reduciendo sus emisiones de forma progresiva hasta el 2026. Bajo la Administración Obama se exigió una reducción anual del 5%, pero el siguiente inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, relajó esos objetivos con una mentalidad más cortoplacista. Biden se quedará en un término medio, puede que el 3,7% anual, y eso que él mismo fue vicepresidente de Obama.

Nuevos jugadores en el tablero, como Tesla o Rivian, ya se han adelantado, desde su origen han renunciado a la combustión interna

Por la parte de los sindicatos y la todopoderosa United Auto Workers, esto de los objetivos de reducción no les gusta porque a mayor electrificación menos mano de obra es necesaria. No les falta razón, de la misma forma que las neveras y refrigeradores mandaron al paro a los vendedores de barras de hielo. Efectos colaterales del progreso.

Lo que pase en Estados Unidos es importante, siendo uno de los principales contaminantes del mundo y de los mayores consumidores de combustibles de origen fósil. Incluso los chinos llevan años de delantera con el cambio forzoso a la electromovilidad, se dieron cuenta a tiempo que en algunas de sus ciudades no se podía respirar en la calle. Estados Unidos es el segundo mercado automovilístico mundial en volumen.

El país norteamericano se ha comprometido con el presidente Biden a reducir sus emisiones de carbono en 2030 a la mitad de los niveles de 2005. California puede ser utilizada como referente para una legislación federal y que imponga límites a todos los Estados. De hecho, una docena de gobernadores estatales lo han pedido, y que en 2035 cesen las matriculaciones de vehículos con motores de combustión interna.

Sin duda se trata de un ejercicio de delicado equilibrio. La industria norteamericana ya fue pionera a principios del Siglo XX y a finales del mismo en electromovilidad, pero dejó esos trenes pasar. Tienen otra oportunidad, pero de forma que no se carguen innecesariamente su industria ni que se queden rezagados en competitividad, y eso teniendo en cuenta la opinión de decenas de millones de consumidores que aún no ven esto claro.

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