En los últimos años estamos viendo como el interés por aupar el hidrógeno como alternativa para la movilidad se ha acelerado de forma importante. Curiosamente al mismo tiempo que el coche eléctrico a batería ha evolucionado comercialmente. Pero son muchos los que dudan de su utilidad en sectores como el transporte personal, siendo el máximo responsable de Skoda en Alemania el último en dudar de la aplicación comercial del hidrógeno en coches.
Frank Juergens, presidente de Skoda Alemania, ha concedido una interesante entrevista a la prensa germana donde ha puesto sobre la mesa algunos datos que nos dan una idea de la dirección que está tomando el mercado, y que apunta a la estrategia de futuro de los grandes grupos como Volkswagen.
Uno de estos es el éxito que está teniendo el primer coche eléctrico bajo la plataforma MEB de la marca checa. El Skoda Enyaq ha logrado una combinación que le permite conseguir un elevado número de ventas en su estreno. Según Skoda, sólo en Alemania el Enyaq cuenta con 10.000 pedidos en firme. Algo que sitúa al eléctrico a la altura en pedidos de otros modelos como los Kodiaq y Karoq.
También ha respondido a la pregunta sobre los híbridos enchufables. Una tecnología que consideran importante en este proceso de transición, pero que sus propias estimaciones otorgan un recorrido más corto del que muchos pensaba.
Y es que según Skoda, para 2030 hasta el 70% de sus ventas serán coches eléctricos a batería. El resto se repartirán entre híbridos, híbridos enchufables y modelos diésel y gasolina.
Skoda dice no al hidrógeno
Como vemos no hay espacio a medio plazo para el hidrógeno. Para el directivo de Skoda, esta tecnología todavía no ha demostrado estar lista para dar el salto comercial. Además indica que sigue siendo una alternativa muy cara, la red de repostaje es mínima, a lo que añade su significativamente menor eficiencia respecto a los eléctricos a batería.
El directivo sentencia con una frase lapidaria «Ninguna empresa puede darse el lujo de producir algo que al final no se venderá«.
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