De acuerdo con Volkswagen, los coches pequeños con motores de combustión interna se irán encareciendo de forma gradual a lo largo de esta década debido a las nuevas normativas de emisiones de la Unión Europea, que obligarán a los fabricantes a apostar por sistemas de hibridación cada vez más complejos para hacerlos más eficientes.
Soluciones como los actuales mild-hybrid no serán suficientes para cumplir con las regulaciones que entrarán en vigor de cara al año 2025. «La implementación de los escenarios discutidos solo sería posible con medidas técnicas de gran alcance, que son complejas y, por lo tanto, muy costosas», explica Frank Welsch, Jefe de Desarrollo del Grupo Volkswagen.
«Eso haría que la mayoría de vehículos resultaran mucho más caros. Los vehículos asequibles con motores de combustión interna definitivamente serían cosa del pasado«. Aunque en los segmentos altos el mayor precio de venta podrá amortiguar el coste extra de los nuevos sistemas de hibridación, en los vehículos más pequeños y asequibles esto será casi imposible de hacer de forma rentable.
Andreas Radics, consultor de estrategia Berylls, también secunda esta opinión, si bien cree que los vehículos térmicos de acceso todavía aguantarán unos años a costa de estirar su vida comercial. «Los modelos restantes solo podrán seguir formando parte del programa si sus ciclos de vida se amplían significativamente para que se amorticen los costes de desarrollo».
En paralelo, los fabricantes europeos están trabajando en el desarrollo de coches eléctricos asequibles que tomarán su lugar. Sin ir más lejos, el Grupo Volkswagen está trabajando en una «Entry Family» que estará compuesta por tres B-SUV eléctricos (vendidos bajo las marcas Volkswagen, SEAT/CUPRA y Skoda) con un precio de partida de unos 20.000 euros antes de ayudas.
Tampoco podemos perder de vista los esfuerzos de Renault, que en 2024 lanzará el 5 E-TECH Electric en el mismo rango de precios, así como los de Stellantis, que en 2023 presentará los Citroën ë-C3 y FIAT Panda de cuarta generación, dos modelos low-cost que buscarán popularizar la movilidad eléctrica en el viejo continente.
En paralelo, algunos advierten de la posibilidad de que los fabricantes chinos aprovechen esta situación para inundar el mercado europeo de coches eléctricos económicos. De hecho, marcas como Dacia, MINI y Smart han anunciado que fabricarán sus modelos eléctricos en el país asiático para reducir los costes producticos y con ello mantener su rentabilidad.
Fuente | ZEIT
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